Técnicos de Campofrío trabajan ya en los laboratorios cedidos por la UBU
El convenio de colaboración se ha firmado esta mañana, pero la cesión se hizo efectiva hace tres semanas
La compañía continuará con sus proyectos de investigación y los controles técnicos y de calidad de la producción
Además, la Universidad organizará cursos y jornadas para la formación de los trabajadores de la planta incendida
La Universidad de Burgos ha cedido a Campofrío el uso de los laboratorios de Microbiología y Tecnología de los Alimentos, ubicados en las instalaciones de la Facultad de Ciencias, como medida para “paliar” las consecuencias del incendio ocurrido en la planta del Polígono de Gamonal-Villayuda. La cesión, que es efectiva desde hace tres semanas, servirá para que los profesionales de la compañía puedan continuar con sus proyectos en investigación, desarrollo e innovación, y con los controles microbiológicos, físico-químicos, de calidad y trazabilidad de sus productos.
En estos momentos, seis técnicos de Campofrío trabajan ya en los laboratorios, aunque el convenio de colaboración en el que se engloba la cesión de los laboratorios no se ha firmado hasta esta mañana. Alfonso Murillo, rector de la UBU, y Pedro Ballvé, presidente de Campofrío, han rubricado un acuerdo con el que la Universidad “demuestra su solidaridad” con la compañía. “Es una verdadera satisfacción poder colaborar para que pronto la empresa recupere su actividad en Burgos”, ha asegurado Murillo, de ahí que “pueden contar con todos los recursos humanos y materiales” de la institución académica.
Formación e investigación
“Campofrío puede contar con todos los recursos humanos y materiales de la Universidad de Burgos”
La cesión de los laboratorios es lo más novedoso de un convenio más extenso, en el que se incluye también la realización de cursos, seminarios, jornadas o conferencias destinadas a mejorar y ampliar la formación de los trabajadores de Campofrío. Aprovechando que la actividad empresarial no se retomará hasta finales de 2016, los empleados se irán preparando para la que será la planta más avanzada de todo el grupo. Del mismo modo, se fomentará la preparación de proyectos y programas conjuntos de investigación, desarrollo e innovación.
Para un empresa como Campofrío, “la investigación y el desarrollo son uno de los pilares básicos de su competitividad”, ha asegurado Pedro Ballvé. Uno de los retos del sector de la agroalimentación es, precisamente, mejorar en tecnología, producciones, costes, calidad, controles… y “solos no lo podemos hacer”, de ahí la importancia de contar con el apoyo de los profesionales de la universidad. Y en el caso de Campofrío, dado que “una parte de su conocimiento y de su talento están focalizados en Burgos”, con la institución académica de la capital.
El convenio, con una duración de dos años, se completa con un programa de prácticas académicas para los alumnos de la UBU, continuación de lo que ya se venía haciendo hasta el momento, ha recordado Alfonso Murillo. Una media de 20 estudiantes por año aplicaban sus conocimientos teóricos en las instalaciones de Campofrío, pero la cifra se incrementará “sin duda”, una vez se ponga en marcha la nueva planta. Asimismo, la compañía colaborará en otros programas de becas para el alumnado de la Universidad de Burgos.