Aumenta la automedicación entre trabajadores por miedo, amenazas y precariedad
Las nuevas relaciones laborales han creado un escenario dominado por el miedo a perder el puesto de trabajo
El trabajo bajo presión, la precariedad, la reducción de plantillas o las amenazas derivan en cuadros de ansiedad, estrés o insomnio
Muchos empleados se automedican o van al médico de cabecera, pero pocos se atreven a consultar a las mutuas
Miedo es la palabra que mejor define el escenario post-reforma laboral en la provincia. Las nuevas relaciones trabajador-empresario giran en torno a la amenaza constante, no siempre velada, de una posible pérdida del puesto de trabajo si no se aceptan las condiciones impuestas por el que paga un salario que, en muchas ocasiones, es exiguo. Traslados forzosos que, en ciertos casos, ocultan despidos o represalias. Actos “ejemplarizantes” para evitar actitudes reivindicativas. Presiones para la renovación de convenios “caducados” tras el fin de la ultractividad. Fraude laboral. Flexibilidad sin normas, precariedad y temporalidad.
Estamos ante una nueva realidad laboral que, según denuncia el sindicato UGT, está teniendo su repercusión en la salud física y mental de aquellos que tienen la suerte de contar con un empleo. Cuando se trabaja bajo presión, con exceso de trabajo y reducción de plantillas, realizando horas extra sin remunerar, con contratos precarios, y siempre bajo la amenaza y el miedo empiezan los cuadros de ansiedad, estrés o insomnio, así como los problemas de cansancio y rendimiento físico. Y, para hacer frente a esta situación, crece la automedicación.
Enfermedades comunes
Transporte, hostelería, limpieza, sector financiero… Da igual qué sector analicemos, que en todos encontraremos a un número cada vez mayor de trabajadores que toma ansiolíticos u otro tipo de medicamentos, y no siempre bajo prescripción médica. Es la denuncia del secretario general de la Federación de Servicios de UGT, Juan Antonio Gutiérrez Zorrilla, quien asegura, además, que aquellos que sí deciden solicitar ayuda profesional, no siempre lo hacen siguiendo los cauces apropiados.
En lugar de acudir a las mutuas, lo hacen al médico de cabecera, convirtiendo problemas de salud laboral en simples casos de enfermedad común. Es por ello que Gutiérrez Zorrilla pide a los trabajadores que no se oculten, que presenten sus problemas ante las mutuas, defiendan sus derechos y, si es necesario, acudan a los sindicatos. Reconoce que la petición es difícil de cumplir, pero es la única solución si se quiere acabar con una situación que, de una manera u otra, afecta a toda la sociedad. No se puede asumir que cientos de trabajadores presenten alguna enfermedad profesional, pero que no conste en ninguna parte.