Versiones contradictorias en el juicio por el homicidio de Neptalí Vargas
Los compatriotas del fallecido aseguran que un agente empujó a Vargas, y uno de los testigos apunta directamente hacia J.M.A.P., principal imputado
Continúan las dudas en torno a la cadena de custodia del móvil que supuestamente guardaba las imágenes de la intervención policial
Continúan las contradicciones. Lejos de arrojar algo de luz al caso, la segunda sesión del juicio por el fallecimiento en junio de 2011 de Neptalí Vargas no ha servido sino para plantear más dudas y, sobre todo, evidenciar las contradicciones que presentan las declaraciones de los agentes de la Policía Local y los conciudadanos de Vargas. Sin duda, el testimonio más importante de los llevados al estrado hoy ha sido el de M.F.L., amigo del fallecido y autor de las supuestas imágenes de la intervención policial que acabó con el traslado al hospital de Vargas y la detención de otros dos ciudadanos ecuatorianos.
El autor de las supuestas imágenes asegura haber visto a J.M.A.P. empujar de manera “violenta” a Vargas
El autor de las supuestas imágenes asegura haber visto a J.M.A.P. empujar de manera “violenta” a Vargas
Según ha subrayado M.F.L. a preguntas de los letrados, el policía local J.M.A.P., principal imputado en el caso, “empujó” de manera “violenta” a Vargas y éste “cayó al suelo”, golpeándose la cabeza en la caída. Instantes después, y tras ver lo sucedido, M.F.L. asegura que sacó su teléfono móvil para documentar lo que estaba pasando. Ya había realizado algunas fotografías con anterioridad y siguió haciéndolas. También destaca que grabó un video, aunque no recuerda si finalmente lo guardó en la memoria interna del teléfono.
Sin embargo, la práctica totalidad de esas imágenes ha desaparecido, y este es uno de los detalles más conflictivos del caso. Según la versión de M.F.L., el compañero de J.M.A.P. vio cómo estaba tomando las imágenes y se dirigió hacia él con “violencia” gritando “¿tú qué grabas?”. En ese momento, afirma, el agente V.H.J. le arrebató el terminal y le propinó una patada y un puñetazo que le causó un intenso sangrado en la nariz por el que tuvo que recibir asistencia médica esa misma noche y que el acusado niega. Tras recibir aquel golpe, el testigo asegura que se marchó del lugar con la intención de interponer la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional, dejando allí el móvil y a Vargas tendido en la calzada.
Al día siguiente, y tras enterarse del fallecimiento de su amigo en el hospital, el testigo fue a las dependencias de la Policía Local a intentar recuperar su teléfono, pero el agente que en aquel turno estaba custodiando los objetos perdidos no lo encontró. El móvil había desaparecido y no fue localizado hasta el día 7 -dos días después del suceso- en la sala de oficiales de la propia Policía Local. Eso sí, las supuestas imágenes que tomó M.F.L. no estaban guardadas.
Un “auténtico caos”
En este sentido, el agente de servicio aquella madrugada ha confirmado hoy que el suboficial le entregó el teléfono al finalizar el turno y quedó guardado en la caja de objetos perdidos, como así consta en la hoja de servicio. Sin embargo, el propio policía ha reconocido -como así lo han hecho el resto de sus compañeros- que el armario donde se guardan os objetos perdidos es un “auténtico caos“. Allí se guardan “muchas cosas” sin un orden específico y, además, muchas personas tienen acceso al armario, por lo que se desconoce el momento en el que el móvil desapareció de allí o quién lo cogió.
Mención aparte se merece la ausencia de uno de los principales testigos de la acusación. Hoy estaba llamado a declarar W.V., compatriota de Vargas y presente aquella noche en el lugar de los hechos. El tribunal le ha llamado a declarar, pero la Policía Nacional no ha conseguido localizarle. En teoría, el testigo debería haber abandonado España en 2013, pero no consta su salida del territorio nacional y permanece en “paradero desconocido”. Su ausencia ha obligado a los letrados a conformarse con dar lectura de la declaración que prestó en su día ante el Juzgado de Primera Instancia de Miranda, en la cual asegura que vio cómo uno de los agentes empujaba a Vargas, aunque no era capaz de “precisar” quién fue.
Mañana continuará el juicio con la declaración de más testigos y policías involucrados de alguna manera en un caso que en su fase de instrucción acumuló más de un millar de folios.