El Seprona traslada a un operario a los pozos petrolíferos ante el riesgo de accidente
El crudo acumulado en los pozos corría el riesgo de derramarse, produciéndose un incidente de contaminación medioambiental
La nieve caída en la zona impedía al trabajador acceder por sus propios medios, por lo que tuvo que ser atendido por la Guardia Civil
Los agentes tuvieron que utilizar una moto de nieve y hacer parte del recorrido a pie, aunque se consiguió evitar el accidente
El temporal de nieve y frío que azota la provincia durante la última semana obliga a la intervención constante de los servicios de Emergencias, Protección Civil y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero su trabajo no se centra exclusivamente en minimizar las consecuencias que las inclemencias climatológicas tienen sobre las carreteras, sino que también ayudar en situaciones de riesgo, como traslado de enfermos en ambulancia, rescate de ciudadanos atrapados en la nieve, vecinos aislados por las inundaciones o traslado de trabajadores para la realización de operaciones urgentes.
Este último ha sido el caso de un grupo del Seprona de la Guardia Civil que, en la tarde de ayer jueves, tuvo que realizar un servicio en los pozos petrolíferos de Sargentes de Lora. Un operario de la planta, vecino del municipio, avisó de la existencia de un riesgo inminente de accidente por posible derramamiento del crudo acumulado, ante lo cual era necesario cerrar las bombas que regulan el volumen de la extracción. Sin embargo, debido a la cantidad de nieve caída, ni vehículos ni maquinaria podían acceder a la planta, por lo que se solicitó la ayuda de la Guardia Civil.
En coche, en moto y a pie
Tres componentes del Seprona se trasladaron al lugar. Primero lo hicieron en todo terreno, hasta que se hizo imposible avanzar en vehículo, al poco de dejar atrás la localidad de San Felices de Rudrón. En ese punto, dos de los tres agentes continuaron la marcha en moto de nieve. Sin embargo, a 800 metros de Sargentes de la Lora, el peso de la moto hizo imposible continuar la marcha, de tal modo que uno de los guardia civiles tuvo que continuar hasta el municipio a pie, mientras luchaba contra una espesa capa de nieve en la que se iba hundiendo.
En el pueblo, se recogió al operario encargado de los pozos, y se le trasladó hasta su lugar de trabajo. Sobre las 21:20, se conseguían cerrar todas y cada una de las bombas, sin que se produjese ningún incidente. De regreso, los agentes del Seprona acercaron en la propia moto de nieve al operario hasta su vivienda, ya que había quedado aislado sin poder acceder a su domicilio por medio de transporte alguno. El auxilio se produjo bajo condiciones atmosféricas totalmente adversas, con una fuerte ventisca que impedía la visibilidad en algunos puntos y bajo una intensa nevada, estando la red viaria cortada al tráfico.