Ana Garrido y Miguel Álvarez, peones anticorrupción

Ex-funcionaria y trabajador público llevan años luchando contra prácticas irregulares de su entorno

Su experiencia y su opinión han sido trasladadas a los ciudadanos que se han acercado al taller “Barramos la corrupción” organizado por Burgos Decide

Ana Garrido y Miguel Álvarez, peones anticorrupción Ana Garrido y Miguel Álvarez. IAC

Burgos Decide está realizando charlas y talleres de forma periódica en busca de la reacción social y la información de los casos de corrupción y de mala gestión que se cometen en las administraciones públicas a todos lo niveles. Una de las jornadas de mayor interés, desde el punto de vista de sus “ponentes” ha sido la denominada “Barramos la corrupción” en la que han participado Miguel Álvarez, uno de los impulsores del movimiento del funcionariado ‘Viernes Negro’ y Ana Garrido, ex-funcionaria del Ayuntamiento de Boadilla del Monte (Madrid), que destapó la rama del ‘Caso Gürtel’ en su municipio.

Miguel Álvarez lleva dos años y medio participando en el movimiento ‘Viernes Negro’ y reconoce que a través de su lucha han conseguido destapar varios funcionamientos irregulares de la Junta de Castilla y León. Uno de los casos que Álvarez señala con mayor contundencia es el de la Renta Garantizada de Ciudadanía. En octubre, el movimiento mostró a la opinión pública un correo electrónico de un alto cargo de la administración en el que se admitía que aquellos que percibiesen la subvención del Plan de Empleo 2013, también podrían percibir la Renta Garantizada, algo que es totalmente contrario a los preceptos de la ayuda. Y es que sólo se puede optar a la Renta Garantizada si, entre otras cosas, no se perciben otras ayudas de la administración.

Ana Garrido y Miguel Álvarez antes del inicio de la charla. IAC

Ana Garrido y Miguel Álvarez antes del inicio de la charla. IAC

Por otro lado, Ana Garrido ha contado su “pequeña experiencia”, desde que denunció el ‘Caso Gürtel’ en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte y las reacciones que ha tenido que soportar. Ella misma se considera una “activista contra la corrupción”, algo que nunca buscó, pero en lo que ha entrado sin darse cuenta. Su caso se complicó porque no se le preservó el anonimato. Sin embargo, ahora cree que el ciudadano tiene más herramientas a su alcance para denunciar los casos de corrupción que conocen.

Garrido cree que la conciencia del ciudadano ha cambiado a la hora de denunciar. Ella misma no se considera un referente en este aspecto porque su caso ha tenido consecuencias “muy duras y muy graves”. Sin embargo, el nacimiento de múltiples plataformas en lucha contra la corrupción hace que ahora sea más fácil y que el ciudadano “pueda perder el miedo a denunciar”. La ex-funcionaria, a pesar de su experiencia, anima a los ciudadanos que saben de casos de corrupción en su entorno los denuncien a través de plataformas que trata de luchar contra esta “lacra social”, porque “su conciencia va a experimentar una satisfacción enorme”.