Torres Limorte: “El nombramiento de Manero es infame, indigno y rastrero”
El ex secretario general del Ayuntamiento ha expresado su gran malestar y el de los funcionarios sobre el nombramiento de su sucesor: “Es una puñalada por la espalda”
El procedimiento utilizado para la designación de Luis Alfonso Manero “vicia por completo” el procedimiento
El ex secretario general del Ayuntamiento de Burgos, José Antonio Torres Limorte, ha calificado el nombramiento de Luis Alfonso Manero, su sucesor, de “infame, indigno y rastrero”. La forma de nombramiento del nuevo cargo “es una puñalada por la espalda”, asegura Torres Limorte. Además, añade que para suplir su vacante hay una vía de acceso “legítima” y cualquier otra forma que no sea esa, “vicia por completo” el procedimiento. “Ha sido una artimaña urdida de la manera más torpe para acceder al cargo más importante del Ayuntamiento”, sentenciaba un contundente Torres Limorte.
Torres Limorte sabe que la plantilla de funcionarios del Consistorio “está indignada, dolida y preocupada”. La justificación para el máximo responsable de los trabajadores del Ayuntamiento es que “no se puede utilizar un procedimiento para un fin distinto para el que está previsto”. El sistema de libre designación no está contemplado para estos casos y no debe dar cobertura a que se dé un nombramiento “a dedo”, como ha calificado esta misma mañana el caso Raúl Salinero. En el caso de la baja del secretario general, el cargo debería derivarse al vicesecretario, Franciso Javier Pindado, persona que lleva 29 años en el cargo y que asumiría, en funciones, el cargo máximo, hasta que se ponga en marcha el procedimiento de elección de un nuevo secretario general.
Lo que se ha producido es bien distinto. “A espaldas del propio Ayuntamiento, un nombramiento provisional, por parte de la Junta de Castilla y León, sin solicitar un expediente previo a los servicios jurídicos del Consistorio”. La resolución de la Junta llega con una única solicitud y un informe de la Alcaldía, elaborado por el propio alcalde, sin conocimiento de los servicios de personal del Ayuntamiento.
Torres Limorte se ha jubilado con 46 años de carrera como funcionario asegurando que ha desaprobado siempre este tipo de nombramientos y se ha mostrado dolido porque “es muy triste” que el puesto que deja pueda ser ocupado por una persona que ha accedido al cargo a través del procedimiento legalmente establecido. Para el ex secretario, el cuerpo de funcionarios del Ayuntamiento hubiera querido que quien le sucediera “reuniese los mayores méritos”. En este aspecto, contrasta el curriculum del vicesecretario, con 29 años de servicio, por unos meses que figuran en el expediente de Luis Alfonso Manero.
El procedimiento se ha cumplido “en apariencia”
La figura de secretario general del Ayuntamiento no puede quedar vacante ni por un sólo día, por lo que en caso de indisposición del secretario general, debe nombrarse a un funcionario de la categoría requerida. El nombramiento de Manero habría cumplido los trámites previstos en esta situación: Presentar la candidatura, que el alcalde firme un informe favorable y que la Junta efectúe el nombramiento. Sin embargo, “la solicitud no fue presentada en el Ayuntamiento y escapó al conocimiento y control de los servicios administrativos”, por lo que la elaboración de ese informe estaría respaldado únicamente por la figura del alcalde. La relación directa entre Manero y Lacalle, compañeros de promoción en la universidad, podría justificar estos hechos, como ha comentado Unión, Progreso y Democracia.
Provisional pero permanente
En el cuerpo de funcionarios del Ayuntamiento ven en la entrada provisional de Manero una maniobra para que, desde dentro, pueda modificarse el marco temporal en definitivo. Según esbozaba Javier Lacalle, el procedimiento de “libre designación” podría abrirse en torno a los seis meses, aunque no se garantiza un plazo máximo para hacer pública una convocatoria en la que se conozcan todos los candidatos que concurren en la elección del cargo.
El ex secretario ha creído justo dar su opinión y la del cuerpo de funcionarios del Ayuntamiento porque lo califican de afrenta a la función pública.