La economía burgalesa cierra 2014 con buenas perspectivas

El presidente de FAE pone en valor la “diversificación” de la economía burgalesa y su “ventaja competitiva” frente a otros territorios

Burgos mejora las medias de las cifras económicas de Castilla y León y España

Benavente considera necesario seguir trabajando para no perder esa posición

La economía burgalesa cierra 2014 con buenas perspectivas Miguel Ángel Benavente, presidente de FAE. GIT

La economía burgalesa registra evidentes signos de mejoría. Así al menos lo entiende la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE), cuyo presidente, Miguel Ángel Benavente, ha ofrecido hoy el balance de actividad de la organización y de la evolución de la economía provincial a lo largo de los últimos doce meses. Y la valoración es positiva, teniendo en cuenta el complicado contexto que todavía se está viviendo.

Cada trabajador burgalés aporta un PIB de 64.315 euros, un 8 por ciento más que en el conjunto de España

En este sentido, Benavente ha vuelto a poner en valor el potencial de Burgos en materia industrial, contrastando los datos generales con los del resto de la comunidad autónoma y del conjunto del territorio nacional. En ambas comparativas, ha subrayado, Burgos sale ganando, en muchos casos por ‘goleada’. Con 375.000 habitantes, la provincia aporta el 15 por ciento de la población total de Castilla y León. Sin embargo, su aportación a la economía autonómica se eleva hasta el 17,68 por ciento, una cifra que se dispara hasta el 27 por ciento si hablamos de la aportación al PIB industrial. En el ámbito nacional, la provincia supone el 0,8 por ciento de la población total, mientras que la aportación económica se eleva hasta el 0,93 y la correspondiente al PIB industrial hasta el 1,77 por ciento.

Asimismo, en términos de productividad se observa una clara situación de liderazgo, ya que cada trabajador burgalés genera riqueza por valor de 64.315 euros, es decir, un 8 por ciento más que la media nacional y un 5 por ciento superior a la registrada en Castilla y León. En el aspecto meramente industrial, estas diferencias se disparan, alcanzando el 10 por ciento en la comparativa con la comunidad y el 16 por ciento con el conjunto del territorio nacional.

También en el apartado de las exportaciones Burgos mantiene un comportamiento más positivo que el registrado en Castilla y León y el conjunto del territorio nacional. Así, a pesar de ocupar el puesto 36 en provincias por población, Burgos es la número 21 en términos de exportación. De hecho, a lo largo de 2014, la provincia ha exportado más que cinco comunidades autónomas (Baleares, Cantabria, Canarias, Extremadura y La Rioja).

Mantener la posición

Con estos datos sobre la mesa, Benavente ha asegurado que la economía burgalesa afronta el futuro con mejores perspectivas que las de otros territorios gracias a la “diversificación” que presenta. De hecho, es esa “diversificación” la que está permitiendo que la provincia sufra con menor crudeza que en otros territorios las consecuencias de la crisis. Pero con eso no basta. A juicio del portavoz de la patronal, “hay que trabajar para mantener” esa “ventaja competitiva” y “generar nuevas inversiones industriales”, que a la postre son la base de la economía contemporánea.

Para ello, Benavente apuesta por seguir defendiendo a las empresas locales a través de diferentes fórmulas, como el observatorio de la contratación pública o la puesta en marcha del catálogo Gadea, en el que se reunirán todas y cada una de las firmas burgalesas. Además, el presidente de la patronal considera fundamental el apoyo de las administraciones en varios ámbitos, como son el normativo y el de promoción para reactivar la economía y afrontar una nueva reindustrialización de la provincia.

Seriedad

A este respecto, Benavente ha querido hacer hincapié en la importancia de la figura del empresario, que en muchas ocasiones no recibe el “reconocimiento” que se merece como agente económico fundamental. Además, el portavoz de los empresarios ha apelado a la necesidad de reabrir definitivamente el grifo de la financiación y a la imposición de “tranquilidad” en las instituciones para poder atraer inversiones. “Los inversores quieren tranquilidad y seriedad”, por lo que a su juicio hay que dejar de lado “recetas de otros tiempos” como las planteadas por Podemos y otras formaciones políticas. “No son prácticas de países desarrollados”, ha añadido.