Valle de Tobalina: El vergel entre el Ebro, el Purón y el Jerea

Al norte de Burgos, entre tres ríos, Tobalina se convierte en un pequeño paraíso

Quintana Martín Galíndez es la capital administrativa del valle y conserva importantes palacios y casas nobles

La central de Garoña surge en mitad de un enorme meandro que forma el Ebro

Valle de Tobalina: El vergel entre el Ebro, el Purón y el Jerea Cascada de Pedrosa de Tobalina en todo su esplendor. PCR

El paseo que realiza el río Ebro por la provincia de Burgos ofrece paisajes bellos y llenos de rutas para recorrer de manera sosegada. Ya sea con la mochila a las espaldas o sea en un medio de transporte, los caminos se hacen veredas entre campos fértiles y montañas míticas. Tierras llenas de vida y frutos generosos que nacen y renacen a las orillas de las vegas del Ebro.

El Valle de Tobalina es uno de esos parajes que tienen un especial encanto para los visitantes. El río se remansa en Sobrón, al pie de la central de Garoña, y en Montejo de San Miguel y de Cebas, donde sus aguas fertilizaron un vergel natural en el que las especies silvestres surgen de una tierra generosa.

Pozo de la fábrica de tejas de Montejo de San Miguel. PCR

Pozo de la fábrica de tejas de Montejo de San Miguel. PCR

En tiempos pasados, menos ahora en los actuales, la comarca explotó sus setas, vinos y su caza para conformar una gastronomía única. El monte proveía a los vecinos de leña y madera e hizo florecer una pequeña industria vitivinícola (con el chacolí como referencia), maderera, carbonera y tejera.

Los Montejos

De todo ello quedan restos en el monte cercano a Montejo de San Miguel. Corona el paisaje de montaña la ermita del santo que vigila desde lo alto lo que ocurre en el pueblo desde tiempos inmemoriales. Muy cerca del pueblo, en su ladera norte aún se pueden contemplar los restos de la vieja tejera explotada por los vecinos hasta bien entrado el siglo XX, que servía de horno para la teja roja, alimentada por el carbón vegetal producido en el monte.

Muy cerca, Quintana Martín Galíndez se conforma como el núcleo administrativo de la comarca. Durante décadas ha vivido con normalidad la cercanía de la Nuclear de Garoña. Y muchos de sus vecinos viven o han vivido de la producción de la planta de Nuclenor. El meandro del Ebro conforma en Santa María una península de interior en la que la empresa energética construyó su planta a finales de los años 60 y que entró en servicio hace ahora más de cuarenta años.

Junto a ese icono del capitalismo conviven decenas de puentes, templos y fortalezas, como la Torre de Lomana, que son testigos nudos del curso del río Losa o Jerea. Muy cerca del castillo de los Bonifaz, en Quintana Martín Galíndez. Un pueblo señorial que guarda con celo muchos de sus edificios civiles, algunos de ellos particulares, como los de los García Salazar.

Quintana es la capital administrativa del Valle. PCR

Quintana es la capital administrativa del Valle. PCR

Sobrón

En este trozo de tierra conviven las culturas castellanas y las vascas. De hecho, la frontera entre Álava y Burgos es casi imperceptible. En un instante uno pisa tierras de Castilla e inmediatamente después de Euskadi. El embalse de Sobrón es uno de esos puntos en los que confluyen las tierras y, en este caso, las aguas.

La montaña encierra, como si fuera una caja de música, la joya artificial de la comarca, el embalse. Una masa de agua que alimenta a la zona y remansa al Ebro hasta las proximidades de Berberana o Puentelarrá.

Purón

Si el embalse es una obra de la mano del hombre, el desfiladero del Purón es una obra de dioses. De entre los muchos pueblos que forman el municipio y de las comarcas más llamativas hay que destacar este desfiladero.

La ruta para andarines parte de Herrán, localidad de Burgos a los pies de la sierra Arcena, y llega a la alavesa localidad de Ribera. Está salpicada por ermitas rupestre, restos romanos en ‘Los Puentes’ y, lo mejor, su exuberante naturaleza que ofrece especies propias de la zona como avellanos, alisos, hayas, tejos, sabinas negras, boj y especies herbáceas como los helechos.

Cascada de Pedrosa

Embalse de Sobrón, entre Álava y Burgos. PCR

Embalse de Sobrón, entre Álava y Burgos. PCR

El Monte de la Peña es la cuna natural del río Jerea que regatea por el pueblo de Relloso y Quincoces para, al entrar en Tobalina y precipitarse por una espectacular cascada en Pedrosa, en mitad del pueblo. Es una de las estampas más populares de la comarca y su foto es una postal que ha recorrido medio mundo y se ha dado a conocer por su sencillez y por su belleza natural.

Pedrosa de Tobalina está rodeada, no sólo en su casco urbano sino en los pueblos de alrededor, por vestigios de la riqueza indiana y testigo de toda esa historia enlatada en el pasado son las casonas blasonadas de toba y arenisca que adornan el pueblo.

La cascada de Pedrosa convierte en estruendo el silencio del invierno cuando el río se fractura al caer durante 20 metros. La pared, del cauce tiene cien metros de larga y se convierte en una cortina blanca y espumosa que convierte el paseo por Pedrosa en algo inolvidable.