El tamaño cerebral diferencia las variedades asiática y africana del Homo erectus
Emiliano Bruner ha analizado la morfología cerebral de más de veinte individuos de Homo erectus de África, China e Indonesia
Los cráneos no presentan diferencias en cuanto a forma, pero sí en tamaño, lo que marca con factor de diversidad este último
El investigador del CENIEH recuerda que la escasez de estudio limita las investigaciones y la extracción de conclusiones
Las diferencias entre los individuos asiáticos y los africados del Homo erectus se encuentran en el tamaño de su cráneo, puesto que “no hay ninguna diferencia patente en la forma cerebral”, según un estudio publicado por Emiliano Bruner en la revista ‘Quaternary International’. El paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) ha elaborado un artículo de síntesis sobre la morfología cerebral de más de veinte individuos incluidos en el grupo Homo erectus, ya extinto.
El artículo revisa las informaciones disponibles sobre la variabilidad endocraneal de Homo erectus, presentando un análisis de la forma cerebral del grupo y una comparación entre los individuos que proceden de África, China e Indonesia, para evaluar posibles diferencias. “Los humanos modernos, comparados con este grupo, presentan un mayor tamaño cerebral, pero sobre todo un aumento de las proporciones de las áreas frontales y parietales. Sin embargo, entre los individuos africanos y asiáticos del grupo Homo erectus no hay ninguna diferencia patente en la forma cerebral, siendo la variación de tamaño el único factor de diversidad.
“Esto quiere decir que, en el caso de que este grupo esconda más especies diferentes, estas compartirían las mismas proporciones cerebrales, por lo menos considerando las informaciones que nos quedan analizando los restos del cráneo”, señala Bruner. Al mismo tiempo, el investigador insiste en que, “aunque haya pasado más de un siglo desde el descubrimientos de los primeros Homo erectus, los paleoantropólogos siguen debatiendo sobre el número posible de especies diferentes que pueden formar este grupo humano antiguo”.
23 moldes endocraneales
Además, con este trabajo se evidencia que las escasas muestras disponibles limitan sensiblemente cualquier estudio estadístico sobre las diferencias. Y el hecho de haber contado con 23 moldes endocraneales de Homo erectus es un lujo a nivel paleoantropológico, aunque “muy poca cosa” para averiguar hipótesis según criterios numéricos. “Desde luego, el hecho de no poder llegar a menudo a conclusiones ciertas no tiene que desanimar o quitar peso a los resultados. Pero, esto sí, hay que ser cauteloso a la hora de tomar posiciones demasiado firmes, o de proponer panoramas excesivamente ciertos”, advierte Bruner.
El estudio titulado “A paleoneurological survey of Homo erectus endocranial metrics”, se ha publicado en colaboración con Dominique Grimaud-Hervé (Museo Nacional de Historia Natural, de Paris), Xiujie Wu (Academia China de las Ciencias, de Pekín), José Manuel de la Cuétara (Universidad Autónoma de Madrid) y Ralph Holloway (Colombia University, de Nueva York).