Artes escénicas y discapacidad, mucho más que terapia e inclusión social
Javier Gómez presenta, en el I Foro de la Cultura, una investigación sobre las creaciones artísticas de las personas con discapacidad intelectual
Sean profesionales o talleres ocupacionales, las creaciones de este colectivo trascienden sus usos terapéuticos y de inserción social
Sus producciones destacan por la vanguardia y una temática variada y adulta, alejada de la visión naif y paternalista de la discapacidad
Las personas con discapacidad intelectual disfrutan de las artes escénicas de la misma manera que lo hace el resto de la sociedad. Y esto es así tanto si son creadores como si son intérpretes o meros espectadores. Atrás queda su concepción exclusiva como herramienta terapéutica, utilizada en los primeros momentos y que aún se sigue potenciando, o su planteamiento como instrumento de inclusión social. Ahora, los proyectos de las compañías profesionales que trabajan con personas con discapacidades diversas o los elaborados por los talleres ocupacionales buscan ofrecer espectáculos de calidad, cien por cien artísticos, con todas las letras.
Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del estudio de investigación ‘Personas con discapacidad intelectual y producción de artes escénicas’, desarrollado por Javier Gómez en el seno del I Foro de la Cultura, que se inaugura mañana. Se han analizado 340 compañías integradas parcial o totalmente por personas con discapacidad intelectual, ya sean grupos profesionales, talleres ocupacionales o iniciativas de asociaciones. El objetivo del estudio era, principalmente, saber cómo se relacionan estos colectivos con las artes escénicas, que géneros desarrollan con más frecuencia y qué tipo de producciones presentan.
El arte por el arte
Como resultado de esa investigación no está únicamente la constatación de que las personas con capacidades diversas disfrutan de las artes escénicas, considerándolas parte esencial de su vida. Javier Gómez ha destacado que las creaciones de estos colectivos son más arriesgadas y vanguardistas que muchas de las desarrolladas por las agrupaciones y compañías comerciales. El 43,5 por ciento de las producciones son de danza, y no sólo de psicodanza. Y frente a lo que se podría esperar, el contenido temático se aleja de la visión paternalista y naif de la discapacidad, abordando asuntos realistas y contemporáneos, incluido el drama.
También se desarrollan producciones reivindicativas sobre los derechos y las necesidades de este colectivo, pero incluso en los talleres ocupacionales de las asociaciones de apoyo a las personas con discapacidad intelectual muchos de los montajes son creaciones artísticas sin ninguna otra pretensión que la de ofrecer un espectáculo. Javier Gómez ha insistido en que, “al margen del componente terapeútico, las personas con capacidades diversas hacen teatro y val al teatro por los mismos motivos que el resto de la sociedad”, por una cultura del disfrute y vida social.