34-25. A cuartos de final por la puerta grande
El Villa de Aranda se impone en el Principe de Asturias al Helvetia Anaitasuna en un partido dominado de principio a fin por los hombres de Jacobo Cuétara
El conjunto ribereño accede por primera vez a los cuartos de final de la Copa
El Villa de Aranda se ha clasificado esta noche para los cuartos de final de la Copa del Rey por la puerta grande tras superar con solvencia a un rival en teoría superior como Anaitasuna. A los navarros, que comenzaron muy bien el choque, se les acabó la gasolina demasiado rápido y sus errores ofensivos, forzados en muchas ocasiones por la precipitación en sus lanzamientos, permitieron al conjunto amarillo alzarse con una victoria histórica. Los ribereños nunca había llegado tan lejos en el torneo del KO.
Ficha Técnica
34 – Villa de Aranda (21+13): Xavi Díaz, Cabanas (4, 2p), Diego Camino (5, 1p), Bicho (1), Moreira (3), Oswaldo (2), Lazic (1) -siete inicial-; Santana (ps), Redondo (1), Beltza (-), Javi Muñoz (2), Megías (2), Perrella (-), Pazin (8), Patrianova (5).
25 – Helvetia Anaitasuna (13+12): Lorger (1), Gastón (3, 1p), Cristian Martínez (-), Garza (-), Meoki (2), Goñi (2), Castro (1) -siete inicial-; Alejandro Sánchez (ps), Reig (6), Etxeberria (2), Montavez (1), Nadoveza (1, 1p), Chocarro (-), Da Silva (4), Costoya (2).
Parciales: 3-4, 5-5, 10-7, 13-10, 17-11, 21-13 (descanso); 23-14, 24-17, 25-20, 28-22, 31-24, 34-25 (fin del partido).
Árbitros: Fernández Fernández y Martín Franco (Colegio Asturiano). Excluyeron dos minutos a Mikel Redondo (2), Cabanas, Roberto Sánchez y Moreira por el Villa de Aranda y a Garza, Meoki y Da Silva por el Anaitasuna.
Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey de balonmano disputado en el pabellón Príncipe de Asturias ante unos 1.000 espectadores.
Tras unos primeros minutos de tímido dominio visitante, sustentado en una defensa agresiva, el Villa de Aranda se puso las pilas. Pazin, quizá el mejor del partido, tomó rápidamente las riendas de la faceta ofensiva y a la conclusión del segundo parcial ponía por delante al conjunto ribereño (6-5). A partir de ese momento, el partido sólo tuvo un protagonista. Espoleados por dos exclusiones consecutivas de Anaitasuna, los chicos de Jacobo Cuétara comenzaron a ampliar su ventaja poco a poco, merced a una buena dirección de Diego Camino en el estático y a la rapidez de hombres como Cabanas o el propio Pazin al contragolpe.
En ese escenario, las ventajas empezaron a crecer hasta situarse en 7 goles al filo del minuto 25 (17-10), una renta que incluso se vio incrementada justo antes del descanso (21-13). Con ese parcial en la primera mitad, todo hacía indicar que el segundo tiempo sería una suerte de paseo para los hombres de Cuétara, que esta vez no cometieron los mismos errores que en partidos como el de Cangas.
Buena lectura
De hecho, el paso por vestuarios cambió poco el signo del encuentro. Si acaso, el Anaitasuna endureció el juego en la parcela defensiva, arriesgando demasiado por momentos y encomendando la faceta ofensiva a hombres como Castro o Montávez, demasiado erráticos. En este sentido, el concurso de Xavi Díaz también fue determinante, ya que si bien no hizo el mejor partido de su vida, sí estuvo muy fino en los momentos claves del choque.
Así, y a pesar del lógico arreón de los navarros, la diferencia no bajó nunca de los cinco goles (25-20) y el Villa de Aranda mantuvo alto el listón para consolidar su cómoda ventaja hasta el final. Ya en los últimos minutos, el Anaitasuna echó el resto y propuso una defensa individual en toda la pista, que se adaptó perfectamente a la doble superioridad con la que llegó a jugar algunos segundos, pero ni con esas. De hecho, lejos de ver reducida la diferencia, el Villa de Aranda volvió a dar el do de pecho y cerró el partido con dos postreros goles que pusieron la máxima ventaja en el marcador (34-25).