Cornejo Las Diaclasas, un juguete geológico

Ubicadas en la Merindad de Sotoscueva, forman parte del complejo kárstico de Ojo Guareña

El río Trema ejerció de obrero y artesano para labrar, cincelar y penetrar la roca

Sin llegar a ser una falla, una diaclasa es un corte profundo en la roca que rompe la montaña formando canales

Cornejo Las Diaclasas, un juguete geológico No hay que buscar mucho para ver las diaclasas.BC

La fuerza de las aguas, unida a las determinadas características de las rocas calizas del norte de Burgos, ha hecho posible algunas curiosas formaciones geológicas que otorgan una gran belleza a los paisajes de la provincia. Son conocidos muchos de ellos, pero éste, el de las diaclasas de Cornejo, es llamativo por su sencillez.

Una diaclasa es una fractura sencilla de las rocas ya que nunca produce deslizamiento de los bloques. Eso sí, provoca un desplazamiento, una separación transversal, que se aprecia con nitidez. En el caso de Cornejo, estos deslizamientos provocaron la formación de ciertas cavidades a modo de cuevas de no más de 2.000 metros de longitud.

Los interespacios de las diaclasas fueron los sumideros naturales del río Trema que pasa bajo tierra gran parte de su recorrido. Por su cercanía, forman parte del complejo kárstico más importante de la Península Ibérica y que tiene en la Merindad de Sotoscueva su epicentro con las cuevas de Ojo Guareña.

Desde el punto de vista geológico, estas formaciones no suelen aparecer de manera aislada y forman conjuntos o sistemas de diaclasas. En Cornejo no hay que irse muy lejos para contemplarlas y visitarlas porque se encuentran a pie de carretera, en la que conduce a Espinosa de los Monteros, a la salida del pueblo y junto al río Trema.

El Trema

La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Bautista. BC

La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Bautista. BC

El río Trema, o río Redondo, es el causante de estas formaciones, que son tan sencillas que a ojos de un profano pasan desapercibidas, y del desfiladero de rocas calizas. Y precisamente, la cercanía de la carretera las hace casi invisibles para el visitante. Cornejo es la capital administrativa del valle, del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva. El pueblo se encuentra en un cruce de caminos, en ese norte provincial que guarda tantos secretos y misterios. Y más en esta zona donde los hombres primitivos establecieron su morada en el mismo núcleo, en la pequeña sima en la que el río Guareña se precipita al interior de la cueva en un escenario de ensueño.

Una manera de reconocer que este lugar es un centro de poder, un lugar en el que las fuerzas telúricas tienen un protagonismo especial, es la advocación de su iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista. Dos circunstancias rodean a esta fecha del santo, el 24 de junio, las dos esotéricas, y una de ellas unida a la tradición católica.

El hecho de encontrarse en este lugar tan misterioso, horadada la tierra por fuerzas telúricas a lo largo de decenas de kilómetros, y los condicionantes religiosos de épocas pasados hicieron dedicar su templo a San Juan Bautista. Ahí su componente religioso; y el pagano, el esotérico, la fiesta es el solsticio de verano, cuando el sol da más luz a la tierra en una metáfora sencilla pero muy evocadora.

Y el segundo hecho, como preludio a la fiesta de San Juan, la de San Bernabé, patrón del valle y cuya ermita rupestre es el inicio de la cueva más larga de España, con 110 kilómetros explorados, y los que quedan por conocer.

Cornejo esconde muchas curiosidades y sorpresas. BC

Cornejo esconde muchas curiosidades y sorpresas. BC

El río Trema, obrero, armador del complejo con el Guareña es el primer afluente del Nela al que desemboca por su margen izquierda. Este río drena una modesta cuenca de poco más de 140 kilómetros cuadrados que recoge las aguas del Puerto de Estacas de Trueba y sus castros y sierras, conduciéndolas hasta el cauce del río Nela, aguas abajo de Mozares. El Trema tiene una longitud de 17,1 kilómetros y supera un desnivel de 146 metros, entre la cota 721 de altitud, a la que se encuentra el nacimiento del río, y la cota 575 en la que cede sus aguas al río Nela.

El pueblo es un pequeño núcleo de población y es una muestra muy fiel del tipo clásico de construcción solariega montañesa. Algunas de sus casas aún guardan escudos blasonados; otras están rodeadas de un amplio porche y están coronadas en su parte superior, generalmente orientadas al sur, con una amplia balconada propia del paisaje cantábrico y de montaña.

Las cuevas

Por su cercanía a las cuevas de Ojo Guareña, haremos una pequeña referencia a este complejo kárstico que profundizaremos en posteriores capítulos. En este mágico lugar se han recogido muestras de todas las culturas que se han ido sucediendo en la Península durante la Prehistoria, ya que se han localizado cerámicas neolíticas, eneolíticas, fragmentos de vasos campaniformes, cerámicas bruñidas de pastas negras de tipo arganeo, fragmentos con decoración excisa y de Boquique del período final del Bronce, cerámicas de los campos de urnas, así como varias muestras de la cultura celtibérica.

Al margen de las muestras arqueológicas propiamente dichas, se han hallado restos de otro tipo como las huellas de hombres prehistóricos localizadas en la galería del Cacique o los restos de un hombre de la Edad del Hierro fallecido tras haberse perdido por las galerías del complejo.