Moto UBU consigue un increíble tercer puesto en el MotoStudent

Los ocho estudiantes de la UBU y un piloto que han formado Moto UBU exprimieron sus recursos, los más bajos de la parrilla, para acabar en el podio

El gran resultado debe servir para que las instituciones se impliquen en un proyecto formativo multidisciplinar que debe tener continuidad

Un equipo de ocho estudiantes y unos 8.000 euros ha superado a otros de más de 30 personas y 100.000 euros

Moto UBU consigue un increíble tercer puesto en el MotoStudent El equipo al completo posa con la pizarra que marca esa tercera plaza conseguida. BC

La modestia y la humildad de ocho estudiantes, seis ingenieros mecánicos y dos de organización de industrial, es la tónica dominante del poco conocido proyecto denominado ‘Moto UBU’, un equipo de motociclismo participante en la tercera edición del ‘MotoStudent’ que organiza el circuito MotorLand de Aragón. En la prueba que se realiza cada 18 meses, 32 equipos formados por universidades de todo el mundo diseñan y construyen una motocicleta de 250 centímetros cúbicos con la que participar en una jornada donde se pondrá a prueba la estructura del equipo y los parámetros de la moto, justo antes de que se organice una carrera de 19 vueltas para conocer la mejor moto.

Puestos en situación, ‘Moto UBU’ se podría resumir en cómo el equipo más humilde de la parrilla, ocho efectivos y unos 8.000 euros han conseguido, el pasado fin de semana, entrar terceros en línea de meta. Un resultado que ni ellos mismos se imaginaban. Menos aún cuando vieron a algunos de sus vecinos de ‘paddock’. Por ejemplo, los estudiantes italianos contaban con un equipo que rondaría los 100.000 euros. Por otro lado, la Universidad Complutense de Madrid destacaba por sus treinta efectivos en el equipo, “más los que no pudieron viajar”, explica Mario Hernando, integrante de ‘Moto UBU’. Contra esas cifras materiales y humanas es difícil luchar.

18 meses de trabajo, un mes para ensamblar las piezas

La moto en el box de MotorLand Aragón. BC

La moto en el box de MotorLand Aragón. BC

Cada edición permite a cada equipo contar con año y medio para diseñar y construir la estructura del equipo y la motocicleta que competirá en la carrera y las pruebas marcadas por la organización. En Burgos, ocho componentes decidieron inscribirse, el número mínimo para ingresar en la prueba. 3.000 euros son necesarios para la inscripción y las piezas básicas que dispone la organización para todos los equipos: motor, suspensión, frenos y ruedas son iguales para todos.

Entonces comienza la carrera contra el reloj para conseguir la montura más rápida. ‘Moto UBU’ tuvo que comenzar por conseguir el apoyo de firmas comerciales que quisiesen sumarse al proyecto. Poco respaldo por parte de muchas instituciones que deberían estar presentes en este tipo de proyectos. Puertas cerradas y comunicaciones sin respuesta han sido el denominador común que se han encontrado. El presupuesto final ha rondado los 8.000 euros, contando con los 1.500 del premio por la tercera posición que se destinarán a pagar las deudas que han contraído.

El último mes al sprint para llegar a tiempo con una moto que comenzó a soldarse quince días antes de la cita. Jornadas mataronianas que comenzaban a las 11.00 y acababan a las 6 de la madrugada en las instalaciones del patrocinador, Desmasa. “Sin la ayuda de los trabajadores no lo habríamos conseguido”, explica Sergio Arrández, miembro de ‘Moto UBU’.

Llegada a MotorLand Aragón

José Miguel de la Hera se encontró comodo sobre la moto. BC

José Miguel de la Hera se encontró comodo sobre la moto. BC

Con los nervios en la boca del estómago los burgaleses se desplazaron a Alcañiz, al Circuito MotorLand Aragón, donde les esperaba un día de emociones fuertes. 18 meses de trabajo puestos a prueba en un día. La moto no había rodado hasta ese momento, explica la tensión que tenían los miembros de ‘Moto UBU’. El piloto burgalés, José Miguel de la Hera, se subió por primera vez a la montura blanca y desde el primer momento tuvo buenas sensaciones. “Será fácil que la moto vaya rápido”, fue lo primero que dijo de la Hera al bajarse de moto. “Nos tranquilizaron mucho sus palabras”, relata Mario Hernando. No era la moto más innovadora, pero sí era rápida y su comportamiento era noble, pocas vibraciones para ir rápido en las curvas.

Buena parte del éxito del proyecto estaba en manos de José Miguel de la Hera, un piloto que ha alcanzado la treintena y que en su día compitió con monturas de mayor cilindrada. Fue la Federación de Castilla y León la que les aconsejó el piloto burgalés a los estudiantes. Un acierto porque la comunión entre ambas partes les ha llevado a un éxito difícil de imaginar. “Fue muy modesto” definen los estudiantes a un piloto que se conformaba con lo que fuese capaz de ofrecerle el equipo. La suerte se siguió aliando con el proyecto local con la llegada de los hermanos del piloto que también pusieron su experiencia al servicio del equipo.

La Carrera

El podio de MotorLand puramente español. BC

El podio de MotorLand puramente español. BC

Tras los cuarenta minutos de entrenamientos cronometrados, ‘Moto UBU’ marcó el quinto mejor tiempo, 1.13.02. Fue entonces cuando se empezaron a imaginar en el podio. El piloto les dio esperanzas de poder soñar con alcanzarlo. La experiencia de José Miguel de la Hera le hizo ser especialmente conservador en la salida, del quinto puesto bajó al noveno en el primer paso por curva. Un toque no debía mandar a la basura un proyecto de año y medio. Conforme las posiciones fueron clarificándose, de la Hera fue progresando hasta emparejarse con la moto de la Universidad de Cartajena, con la que protagonizó el momento más emocionante de la prueba. Varias vueltas de pasadas entre el cartaginés y el burgalés que acabó a sólo dos para el final, cuando de la Hera consiguió unos valiosos metros que le dieron el tercer puesto.

Una nube en el box de ‘Moto UBU’ que subió al tercer cajón del podio coronado por tres banderas españolas. Elche (UMH Moto-Experience) se colocó en el centro, Córdoba (UCO Racing) a la izquierda y Burgos (Moto UBU), a la derecha de un final feliz que nunca se esperaron.

¿Ahora qué?

El equipo en la parrilla de salida. BC

El equipo en la parrilla de salida. BC

La segunda participación de un proyecto perteneciente a la UBU ha sido un rotundo éxito, pero dejarlo ahí sería el peor premio que podían llevarse sus partícipes. La continuidad debe ser algo que la Universidad garantice, porque proyectos como este pueden hacer ingenieros. Es el momento de recoger la experiencia de los participantes y buscarla una salida a futuras ediciones. Evolucionar una moto que quien sabe si puede tener aún más suerte la próxima vez. El trabajo hecho hasta ahora debe encontrar acomodo estable en la UBU y además impulsarlo hacia otras facultades que pueden aportar mucho al proyecto. Se echa de menos comunicadores que puedan construir una imagen profesional del equipo o unos economistas que desarrollen un presupuesto. Sacar partido a una cita cuasi profesional que enseña a los estudiantes a golpe de ilusión.

‘Moto UBU’ expondrá su proyecto en la Universidad Politécnica durante una semana para que los compañeros sepan en qué consiste el proyecto y se sumen a una edición que pronto abrirá su plazo de inscripción. También tienen deseo de llevarla a la Biblioteca Central, donde estudiantes de otras facultades puedan conocer el concurso de ‘MotoStudent’. “Queremos que este ptoyecto despegue y haya continuidad” reflexiona Javier Santamaría, integrante de ‘Moto UBU’. Como si fuese el premio deseado que ahora queda en manos la Universidad de Burgos.