Ramírez: “La accesibilidad es un tema que no preocupa al PP”

La concejala socialista critica que el Plan de Accesibilidad Integral siga paralizado y que el Samyt esté al margen de la iniciativa

Ninguna de las medidas propuestas se han llevado a cabo, ni siquiera aquellas que requieren de poco presupuesto o las ejecutarán terceros

Burgos no cumple con la ley regional, aprobada en 1998, y aún así la Junta de Castilla y León no sanciona a la ciudad

Las puertas giratorias son otro de los problemas detectados. PCR

Cinco meses después de que el Pleno Municipal diese el visto bueno al desarrollo de un Plan de Accesibilidad Integral, nada se ha avanzado en el seno del Ayuntamiento de Burgos. Salvo algunas de las actuaciones comprometidas con anterioridad, como la instalación de la rampa de acceso al Teatro Principal o la colocación de una nueva plataforma elevadora en la Sala de Prensa de la Casa Consistorial, ninguna de las otras medidas planteadas se ha llevado a cabo. Y, lo que es peor, el servicio que debería estar encargado del desarrollo del Plan, el Samyt, está al margen de la actuación.

Esta es al menos la denuncia que realizan desde el Grupo Municipal Socialista, formación que lamenta el poco interés que el Partido Popular tiene por facilitar la movilidad en la ciudad, los servicios municipales y los edificios públicos a los burgaleses. La actitud del Ayuntamiento es simplemente un ejemplo más de que “la accesibilidad es un tema que no preocupa al Partido Popular”, ha afirmado Ramírez, quien recuerda que desde 1998 existe una Ley de Accesibilidad y Supresión de Barreras Artificiales en Castilla y León, pero que la Junta no se encarga de sancionar a aquellos que la incumplen, caso de Burgos.

Carencias importantes

Las puertas giratorias son otro de los problemas detectados. PCR

Las puertas giratorias son otro de los problemas detectados. PCR

El 60 por ciento de los semáforos continúa sin dispositivo acústico para las personas con problemas de audición, y eso a pesar de que el coste del cambio rondaría los 300 euros, según la socialista. Las rampas siguen sin funcionar en 10 autobuses urbanos, porque no se dispone de presupuesto para llevar a cabo los arreglos. Las señales acústicas en el arco de seguridad de la Casa Consistorial, continúa Mª Mar Ramírez, tampoco se han instalado, ni se cuenta con un intérprete de lengua de signos que pueda ayudar a las personas sordas en sus trámites con el Ayuntamiento.

Del mismo modo, el bucle magnético en Información para estas personas tampoco se ha instalado, y eso que Aransbur (la Asociación de Familias de Personas Sordas) se ha ofrecido ha hacerlo. La concejala ha recordado que tampoco están regulados los pasos de peatones, ni los aparcamientos para personas con movilidad reducida, ni los taxis adaptados. Las obras en las vías públicas, que deberían de señalizarse y tener en cuenta a las personas con algún tipo de discapacidad, no lo hace… Muchas son las deficiencias que en materia de movilidad y accesibilidad presenta la ciudad.

El Samyt, a otra cosa

Y, casi todas ellas, ha recordado Mª Mar Ramírez, porque falta la correspondiente ordenanza reguladora, con la que se aplique esa Ley de Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas. En ella se recogen todos los puntos antes mencionados, ha insistido la concejala, y teniendo en cuenta que data de 1998, hace 10 años que todas estas medidas deberían estar implementadas. Sin embargo, no lo están y, lo que es peor, en el Samyt aseguran que tampoco es su responsabilidad. Al menos así se lo ha oído decir la socialista al presidente, Esteban Rebollo.

Por ese motivo, el Plan de Accesibilidad Integral lo está gestionando el Consejo de Discapacidad de la Gerencia de Servicios Sociales. Este área “se está ocupando en la medida de sus posibilidades”, pero no tiene la capacidad de decidir qué tipo de actuaciones hay que llevar  a cabo y cómo se debe de actuar, ha insistido Ramírez. Eso es responsabilidad directa del Samyt, un servicio que es “un auténtico desastre”. Funciona por inercia desde el principio de esta legislatura, a juicio de la socialista; le faltan medios técnicos y humanos y “le sobra ineptitud e incapacidad” de algunos de los que conforman el consejo de administración, comenzando por Esteban Rebollo.