UPyD considera un “insulto” la encuesta sobre la Plaza de Toros
La formación asegura que las preguntas estaban manipuladas, siendo imposible otro resultado
Roberto Alonso insiste en que no es el momento para ejecutar un proyecto de estas características
Vaticina que el próximo Gobierno tendrá que hacer encaje de bolillos para mantener los servicios y asumir la deuda municipal
“Insulto a la inteligencia de los burgaleses”. Así califica Unión Progreso y Democracia a la encuesta encargada por el Grupo Municipal Popular a Celeste-Tel para conocer la opinión de los ciudadanos sobre el proyecto de remodelación de la Plaza de Toros. A Roberto Alonso no le extraña el resultado de dicho estudio, con un 90 por ciento de los entrevistados a favor de la iniciativa municipal, lo que le resulta raro es que haya habido gente que haya contestado de una manera diferente. Y es que para el portavoz de la formación magenta las pregustas estaban “claramente manipuladas”, y el resultado no podía ser otro.
Alonso insiste en que no se le puede preguntar a la gente si quiere que Burgos tenga un pabellón para eventos deportivos, musicales y espectáculos; o si prefiere gastarse 5 millones o mejor 50; o si sólo por 2 millones más acepta convertir la Plaza de Toros es un centro polivalente. Lo hay que que preguntarle a los ciudadanos, según UPyD, es si consideran que es ahora el momento apropiado para llevar a cabo un proyecto de estas características y si están de acuerdo con lo que ha planteado el Equipo de Gobierno. Es por ello que Roberto Alonso considera la encuesta “una burda manipulación”.
Herencia cautiva
El portavoz de UPyD asegura que no es el momento para una inversión de 6 millones de euros (inicial), porque Burgos tiene otras necesidades. Es más, considera que con el “sufrimiento” por el que están pasando muchas familias, y después de haber incrementado los impuestos municipales, plantearse el proyecto de remodelación del Coso es una burla a esos que peor lo están pasando con la crisis. A todo ello habría que sumar la delicada situación económica por la que, a juicio de Roberto Alonso, atraviesa el Ayuntamiento.
La deuda municipal, a la que habrá que sumar las correspondientes a los consorcios de Villalonquéjar y del Desvío (dos “bombas” que acabarán estallando en 2016), dificultará el futuro municipal. “¿Qué herencia les vamos a dejar a nuestros hijos?”, se pregunta Alonso, al mismo tiempo que vaticina que el próximo Equipo de Gobierno, el que salga de las elecciones de mayo, “tendrá que hacer encaje de bolillos” para mantener los servicios que presta el Ayuntamiento, mientras asume esa deuda.