Nuclenor envía al CSN la documentación solicitada para renovar la licencia
La empresa propietaria de Garoña remite un plan detallado y completo sobre las actuaciones previstas de cara a su mantenimiento
El Consejo de Seguridad Nuclear deberá estudiar la documentación para decidir sobre el futuro de la central burgalesa
Nuclenor solicitó en mayo la renovación de su permiso de funcionamiento hasta 2031, a lo que el CSN respondió con nuevos requisitos
Trámite cumplido. Nuclenor, empresa propietaria de la central nuclear de Santa María de Garoña, remitió ayer al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) la planificación de las actuaciones complementarias exigidas por el organismo regulador para poder valorar la solicitud de renovación del permiso de funcionamiento de la planta. Según ha explicado la empresa a través de un comunicado, el documento remitido al CSN supone “un plan de trabajo detallado y completo para cumplimentar adecuadamente la información adicional solicitada por el CSN en la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) del 1 de agosto de 2014″.
A juicio de Nuclenor, los requerimientos del Consejo son “muy exigentes”. No obstante, subrayan desde la empresa, se “continuará trabajando en todas las áreas que se consideran prioritarias para mantener la central en las mejores condiciones técnicas y de seguridad”. La empresa tenía hasta la jornada de hoy, 30 de septiembre, para remitir la documentación y presentar un plan de calendario de actuaciones. Ahora deberá ser el CSN el que analice toda esa documentación, para decidir sobre la solicitud de renovación del permiso realizada en mayo.
Exigencias
En concreto, el CSN ha exigido a Nuclenor un completo plan de actuaciones que incluyen varias modificaciones de diseño de la central, como la instalación de un Centro Alternativo de Gestión de Emergencias (CAGE); la puesta en funcionamiento de un sistema de venteo filtrado para evitar la emisión de radiactividad al exterior de la central; y la instalación de nuevos equipos recombinadores de hidrógeno en el edificio del reactor para evitar explosiones de este gas.
Todo ello unido a las exigencias generales planteadas por el CSN a todas las centrales nucleares del país tras el accidente de Fukushima y las posteriores pruebas de resistencia realizadas en el ámbito europeo. En este sentido, la ITC aprobada a finales de julio también contempla una revisión integral de los equipos aún en funcionamiento de la planta, principalmente los asociados a la seguridad (como el reactor), así como la inspección de la vasija, para descartar defectos similares a los detectados en la central nuclear belga de Döel, de un modelo similar a la de Garoña y que tuvo que parar recientemente.