Fernández Mardomingo defiende el operativo de la Junta en el incendio del Arlanza
Baudilio Fernández Mardomingo se reúne con los alcaldes de Mecerreyes, Puentedura y Quintanilla del Agua
Medio Ambiente niega falta de coordinación e insiste en que se contó con todos los medios necesarios en el momento oportuno
Se analizan las posibles ayudas a las que podrían acceder los municipios afectados por el peor incendio de la temporada
“El protocolo de incendios ha funcionado perfectamente”. Así de contundente se ha mostrado el delegado de la Junta de Castilla y León en Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo, ante los alcaldes de Mecerreyes, Puentedura y Quintanilla del Agua, con los que se ha reunido esta mañana para analizar todos los asuntos relativos al incendio que calcinaba el pasado lunes alrededor de 700 hectáreas de monte bajo en el Valle del Arlanza. Fernández Mardomingo, acompañado de responsables de Medio Ambiente, ha visitado el inicio del fuego, cuyas causas han se están estudiando, aunque ya se sabe que tiene un origen humano.
Gonzalo Moral y Leopoldo López, los primeros ediles de Puentedura y Quintanilla del Agua, han sido los más críticos con la actuación de la Junta de Castilla y León en la extinción del incendio. Ya en la tarde del lunes denunciaron falta de medios y retraso en la llegada de los efectivos, y esta mañana se lo han echado en cara a Fernández Mardomingo. Reunidos en el Ayuntamiento de Mecerreyes, ambos alcaldes han insisto en que faltó coordinación entre Medio Ambiente, Diputación Provincial, Bomberos y Guardia Civil, asegurando que en algunos casos ni se llegó a avisar a los máximos responsables de parques y cuarteles.
Se podría haber evitado
Transmitiendo el malestar de los vecinos, Moral y López han afirmado que la sensación general en ambas localidades es que los medios puestos en marcha por la Junta de Castilla y León fueron insuficientes y llegaron con retraso. Consideran que de haberse movilizado en los primeros momentos se habría podido evitar que el fuego, que se inició en unos rastrojos en Mecerreyes, se extendiese rápidamente, llegando a la zona de repoblación de Puentedura, lo que complicó su extinción. Además, lamentan que no se dejase actuar a tractores y maquinaria agrícola, dispuesta para crear cortafuegos.
Desde la Junta, Baudilio Fernández Mardomingo ha insistido en que el operativo puesto en marcha funcionó correctamente, y para tal afirmación ha contado con la presencia del jefe territorial del Servicio de Medio Ambiente. Javier María García López ha asegurado que “las cosas se han hecho razonablamente bien”; siempre se pueden hacer mejor, pero “podría haber sido una catástrofe”. No ha existido descoordinación, aunque a los alcaldes así se lo haya parecido, y es lógico, porque sólo conocían el operativo que estaba actuando en sus localidades, no todo el sistema puesto en marcha.
Los operativos de emergencia se planean para situaciones de nivel medio, y se van modificando según las necesidades. Los medios, como en tantas otras ocasiones, se fueron incorporando progresivamente a medida que se requirieron, contando no sólo con los de la Diputación Provincial o la Junta de Castilla y León, sino también con los del Ministerio de Medio Ambiente. Son muchos y variados los factores que condicionan un incendio más allá de los medios, factores como el del viento, que soplaba con intensidad y viraba fácilmente, y que fue el principal responsable de la rápida propagación de las llamas.
El delegado territorial ha insistido en que nunca consideraron necesario activar el Nivel 2 Infocal, puesto que no existía riesgo para la población, a pesar de lo cual la Guardia Civil sí que tuvo que desalojar las viviendas de la zona alta de Puentedura, el municipio más afectado por el incendio. Desde la Junta entienden la preocupación de los vecinos,pero aseguran que se contó con los efectivos necesarios en los momentos precisos, aunque a los propios afectados todo les pueda parecer poco y tarde, dada la situación en la que se encontraban.
El futuro
Una vez superado el incendio, que aún no se puede considerar extinguido aunque sí sobradamente controlado, toca pensar en el futuro. Los alcaldes han preguntado sobre las posibles ayudas a las que podrían tener acceso sus municipios, aunque Baudilio Fernández Mardomigno les ha recordado que no son muchas, puesto que la masa forestal afectada no es de titularidad pública, sino de propietarios privados. Existe una línea de ayudas ministerial para casos de grandes incendios, pero habrá que ver si se convoca en una nueva edición.
Lo único que se puede hacer por el momento es que los ayuntamientos intenten coordinar a los propietarios de las diferentes parcelas para negociar, con la mediación de la Junta, la venta para biomasa de toda la madera calcinada. De ahí se puede sacar cierto dinero. El delegado ha recordado que, aunque la ley prohíbe el aprovechamiento de pastos y caza en zonas afectadas por un incendio, en el caso de Puentedura y Quintanilla del Agua se podrían acoger a algunas de las excepciones marcadas. Y es que, en ambas localidades, existen cotos de caza por los que se ingresa una importante cantidad, que se podría haber perdido.
Tanto Gonzalo Moral como Leopoldo López critican que, mientras la Junta dice que el monte es privado, por lo que su conservación y mantenimiento no es competencia propia, los agentes medioambientales tengan que autorizar cualquier tipo de trabajo que se realice (podas, recogida de leña…). El miedo a la denuncia ante un comportamiento “ilegal”, unido a los cambios en los hábitos de vida en el medio rural, es lo que está llevando a que muchos montes presenten exceso de masa arbolada, lo que se convierte en un riesgo ante cualquier incendio.