Los trabajadores de ETM juegan sus últimas bazas
El mantenimiento de la empresa se antoja complicado tras la decisión del Consejo de Ministros de liquidar, pero los trabajadores siguen peleando por su continuidad
Intentarán retrasar la liquidación para encontrar un inversor que quiera hacerse cargo
Hay poco margen de maniobra, pero mientras queden vías de solución, habrá esperanza. Ese es el mensaje que han querido trasladar hoy los responsables del comité de empresa de Equipos Termo-Metálicos (ETM), que esta misma mañana han afrontado dos nuevas reuniones en busca de una posible salida a la complicada situación a la que se enfrentan después de que el Consejo de Ministros haya aprobado la liquidación de la empresa dependiente de la SEPI.
La primera de las reuniones, de carácter político, ha tenido como interlocutor al secretario general de los socialistas burgaleses y diputado nacional Luis Tudanca, que una vez más ha mostrado su apoyo a los trabajadores de la factoría de Villalonquéjar. Y es que, aunque el propio Tudanca ha reconocido que el margen de maniobra es casi nulo, la “presión política” puede seguir siendo un factor clave en todo el proceso. “Llevamos muchos meses trabajando” para evitar el cierre a través de iniciativas parlamentarias y contactos en diferentes administraciones, pero de momento no ha habido respuesta positiva por parte de la SEPI, ha señalado el portavoz socialista. Aún así, ha añadido, “pedimos que se agoten todas las vías posibles” antes de confirmar la liquidación.
Tras la reunión con Tudanca, los responsables del comité de empresa han mantenido un segundo encuentro, quizá mucho más importante que el primero, con los responsables de Cofivacasa y de la propia ETM. Un encuentro destinado a poner la primera piedra de un proceso de liquidación que el comité quiere intentar “paralizar” o al menos “retrasar” algunas semanas para encontrar otras posibles vías alternativas.
Posible inversor
En este sentido, el presidente del comité Adrián Santamaría, ha resumido los posibles escenarios a dos. O se consigue convencer a la SEPI para dar marcha atrás en la liquidación de la empresa, reto que se antoja casi imposible después de los últimos movimientos, o entra un nuevo inversor que asuma la gerencia y aporte estabilidad a medio y largo plazo, algo que tampoco se prevé sencillo. No en vano, “el tiempo corre en nuestra contra” y la situación económica “no es la más óptima”, ha señalado Santamaría. “La única esperanza que nos queda” es buscar un inversor alternativo, ya sea público o privado, que tendría que “negociar” con la SEPI y con los propios trabajadores, ha añadido el presidente del comité.
De momento, el primer paso será conseguir “más tiempo” por parte de los administradores de la empresa, para al menos intentar encontrar un inversor entre los meses de septiembre y octubre, una operación en la que ya se está trabajando, aunque todavía de manera tímida.
Con todo, si el escenario no cambia radicalmente en las próximas jornadas, la empresa está abocada al cierre, en cuyo caso, el objetivo del comité de empresa pasa ineludiblemente por conseguir unas buenas condiciones de liquidación para los casi 50 trabajadores en plantilla. Para ello, Santamaría reconoce que lo primero será “escuchar” la propuesta de la gerencia para a partir de ahí plantear la respuesta de los empleados.