La magia de una Escuela de Verano
Burgos Acoge realiza cada verano una Escuela de Verano para dar vacaciones a niños de familias sin recursos
Este año, 37 niños pasarán, al menos una semana en este programa
¿Es posible tener entretenidos y alimentados a 37 niños durante dos meses por 450 euros? a mi me parece que no. Sin embargo, desde la asociación ‘Burgos Acoge’ parece que se empeñan cada verano en hacer posible lo imposible. 450 euros es el presupuesto que tienen para dos meses de actividades que realizarán un total de 37 niños. El programa estival, Escuela de Verano, realiza cada verano unas vacaciones lúdicas y formativas para niños de 6 a 16 años de familias sin recursos.
Cada semana 25 niños aprenden, juegan y comen en la sede que ‘Burgos Acoge’ tiene en la calle Loudun. Desde las 10, hasta las 12 horas, divididos en dos grupos (pequeños y mayores) realizan actividades. Los más pequeños tienen talleres de carácter lúdico, los mayores clases de apoyo, algo muy apreciado por las familias que no pueden permitirse costearse una academia. De 12 a 13 horas, ambos grupos se unen, en una especie de recreo.
Esta Escuela de Verano nació con la intención de dar unas vacaciones, similares a las del resto de niños con recursos. La estadística dice que un 50 por ciento de los niños inmigrantes no pueden disfrutar de una semana de vacaciones. Los niños son todos extranjeros, aunque no está cerrado a niños españoles. Nueve nacionalidades diferentes, entre las que predominaban la ecuatoriana y marroquí, permiten aprender nuevas culturas y a respetarse entre sí, algo que le sorprende especialmente a la coordinadora, Anna Mozíková, “es llamativo como los mayores cuidan de los pequeños en la hora de recreo que comparten”, nos comenta.
Hora de comer
Los 25 niños acuden caminando a la Ludoteca Ludik, donde comen gracias a la beca de ‘Educo’. Es el primer año que esta entidad apoya la Escuela de Verano de ‘Burgos Acoge’. Entorno a las 14.00 horas los padres recogen allí a sus hijos, después de una mañana completa de actividades.
Un presupuesto ajustado
Con 450 euros, la coordinadora, Anna Mozíková, una checa que es filóloga de español, hace malabarismos para completar las actividades que comenzaron el 7 de julio y concluirán el 29 de agosto. Por supuesto hay mucho de colaborativo a nivel institucional y personal. 12 voluntarios fijos hacen posible que se pueda hacer tanto con tan poco. Otros tantos colaboran desinteresadamente en actividades específicas. A nivel institucional colaboran dando acceso a los chicos. Hasta la fecha, han visitado, entre otros sitios, el Centro de Arte Contemporáneo (CAB), las piscinas o el Parque de Bomberos.