El Instituto Geológico propone nuevos drenajes y canalizaciones para Villatoro

Ayuntamiento y Consejo de Barrio disponen del informe elaborado por los técnicos a raíz de las grietas aparecidas en las viviendas

La causa principal está en la mala impermeabilización de los edificios, que ha obligado a extraer el agua, erosionando el subsuelo

Las soluciones pasan por bombear el agua antes de que llegue a las casas y reconducir los flujos desde la BU-30

El Instituto Geológico propone nuevos drenajes y canalizaciones para Villatoro La iglesia es una de las construcciones afectadas. PCR

Los vecinos de Villatoro ya tienen en sus manos el informe elaborado por el Instituto Geológico y Minero, en el que se analizan las causas de las grietas que están poniendo en riesgo numerosas viviendas del barrio, al mismo tiempo que se plantean posibles soluciones. Ha llegado con casi dos meses de retraso, porque se esperaba para finales de junio, pero los responsables de la Concejalía de Medio Ambiente y de la Sociedad de Aguas se han reunido esta mañana con miembros del Consejo de Barrio para entregarles el documento.

Será en septiembre cuando técnicos del instituto se acerquen a Burgos para explicar en detalle el contenido del mismo, y resolver todas las dudas que a los implicados se les pueda plantear. Aún así, el informe sirve para confirmar lo que ya todo el mundo sabe, que Villatoro está asentado sobre un terreno compuesto fundamentalmente de yeso y que los cambios en las corrientes subterráneas (en velocidad, en dirección, en cantidad…), provocados por diferentes actuaciones humanas y naturales, han causado un desgaste que ha dado lugar, a su vez a las grietas, reconoce la concejala Carolina Blasco.

Mala impermeabilización

Más concretamente, el documento El informe establecería como causa principal la mala impermeabilización que presentan las nuevas las construcciones de Villatoro. Según el presidente del Consejo de Barrio, Sergio Simón, el agua del subsuelo se ha filtrado en las viviendas desde un primer momento, lo que ha obligado a sus propietarios a utilizar bombas extractoras, y eso ha tenido un efecto directo en el subsuelo. Se ha ido horadando, formando pendiente, lo que ha provocado que la fuerza del agua aumente y se coma el yeso que lo conforma, el subsuelo cede y se producen las grietas.

Los problemas de grietas se presentan en todo tipo de edificios. BC

Los problemas de grietas se presentan en todo tipo de edificios. BC

El mal encauzamiento del arroyo, las filtraciones producidas por el riego de los jardines de las casas unifamiliares o los remanentes de agua tras las obras de la BU-30 (aunque se pincharon las dos balsas localizadas, aún queda agua en el subsuelo) son algunas de las otras causas encontradas por los técnicos del Instituto Geológico y Minero, apunta Simón. Sin embargo, igual de importantes son las soluciones que se plantean, tanto las que tienen que ver con minimizar los efectos del problema actual, como las que tratarían de evitar que la situación se produjese en futuras construcciones.

Drenaje profundo

A falta de que los técnicos expliquen su informe, en una reunión prevista para la primera semana de septiembre, el documento entregado esta mañana habla de dos soluciones factibles. La primera consistiría en bombear el agua en puntos anteriores a las viviendas, para que no tengan que los sus propietarios los que se encarguen de sacar al agua de sus sótanos y subsuelos. De esta manera se reducirían los problemas actuales y, por consiguiente, el riesgo de pérdida de cimientos y aparición de grietas en los edificios.

La segunda plantearía una solución más a medio y largo plazo, puesto que apostaría por drenar el agua localizada bajo el suelo, procedente de uno de los arroyos. La idea sería, según Simón, crear un canal para recoger todo el agua desde la BU-30 hasta el barrio, lo que supone un proyecto de una gran envergadura. No se habla de cifras, por supuesto, pero los cálculos “a ojo” se aproximan a los 900.000 ó 1 millón de euros, y eso sólo solventando el problema de uno de los arroyos, recuerda Simón, porque aún quedarían dos más.

De todos modos, Carolina Blasco advierte de que ambos planteamientos tendrán que ser analizados por Medio Ambiente y Aguas de Burgos, para determinar si su viabilidad y, sobre todo, las consecuencias que podrían tener en el futuro. Y es que algunas de las soluciones podrían tener efectos colaterales, provocando nuevos problemas a corto y medio plazo. Por ello, la concejala de Medio Ambiente insiste en que hay que estudiar el informe del Instituto Geológico y Minero antes de tomar cualquier tipo de decisión, sin descartarse que el propio Ayuntamiento plantee soluciones alternativas.

Satisfacción

En el Consejo de Barrio están contentos porque ya cuentan con un informe que les dice cuál es el problema y cuál podría ser la solución. Simón valora la predisposición de Carolina Blasco. La concejal de Medio Ambiente estaba presente esta mañana en la reunión y fue ella misma, según Simón, la que insistió en la necesidad de encontrar una solución al problema, tanto para el caso de las viviendas que ya se encuentran afectadas, como para saber qué es lo que se debe hacer con construcciones en el futuro. Y es que Villatoro tiene aún mucho terreno urbanizable por explotar.

La propia Blasco asegura que, si bien las grietas se están produciendo en los edificios de Villatoro, “el problema es un problema de la ciudad”, y habrá que encontrarle una solución. Además, esta no es la única zona de Burgos que se enfrenta a este tipo de situaciones. Otros barrios podrían llegar a sufrir el mismo problema, de ahí que para la concejala sea bueno disponer de informes y estudios con los plantear alternativas y soluciones. Lo principal es garantizar la sostenibilidad de todos los barrios de la ciudad.

Muchos son los años que los vecinos de Villatoro llevan luchando contra las grietas en viviendas y edificios. Los primeros avisos al Ayuntamiento de Burgos se remontan a 2004, aunque las denuncias en el registro municipal no entraron hasta 2008 y 2009. Ha sido ahora, cuando la cosa se ha puesto difícil, y cuatro familias han tenido que abandonar sus casas y otra vivienda ha sido derruida, cuando el Consistorio ha tomado cartas en el asunto. El informe del Instituto Geológico y Minero se solicitó como medida para conocer cuál es el problema real y cómo se puede atajar.