El CSN reconoce el “lamentable estado” de Garoña según los ecologistas

Ecologistas en Acción afirma que los requisitos planteados por el CSN para que Garoña siga funcionando “ponen de manifiesto el lamentable estado” de la central

Consideran que el proceso seguido por Nuclenor está siendo “irregular”

Las exigencias complementarias planteadas hoy por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para que Garoña pueda seguir operando “ponen de manifiesto el lamentable estado en el que se encuentra la central”. Así al menos lo entiende Ecologistas en Acción, que apenas unas horas después de conocer las líneas generales de la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) aprobada por el pleno del CSN ha emitido un comunicado en el que señalan que “es ilógico empeñarse en mantener Garoña en funcionamiento”. Lo “más sensato”, aseguran, “sería proceder al cierre definitivo” de la planta del Valle de Tobalina, actualmente en situación de cese de explotación.

En este sentido, el grupo ecologista entiende que el propio CSN “reconoce” de manera implícita la existencia de “un extenso catálogo de problemas que hacen razonable plantearse el cierre definitivo”. No en vano, la ITC contempla la puesta en marcha de un “gran número de modificaciones de profundo calado” en la instalación que supondrán un coste de “unos 150 millones de euros” que deberá asumir Nuclenor como empresa propietaria de la planta y que “no aseguran” que en un futuro no aparezcan “nuevos problemas”. 

Asimismo, desde Ecologistas en Acción se insiste en que el proceso que está siguiendo Nuclenor es “irregular”, ya que hasta ahora no se habían solicitado licencias de explotación por más de 10 años y la empresa la ha solicitado con el objetivo de operar hasta 2031. A este respecto, recuerdan, “la Comisión Europea está preparando una directiva de seguridad que obligará a hacer revisiones cada 6 años”.

Incertidumbres políticas

Con todo, el colectivo ecologista, que considera que Garoña es “perfectamente innecesaria” tanto para el empleo de la zona como para el sistema eléctrico español, también abunda en las “incertidumbres políticas”. Y es que, “si el proceso de evaluación de Garoña a cargo del CSN no se cierra antes de las próximas elecciones generales, es posible que cambie el Gobierno y que el próximo Ministro de Industria decrete el cierre definitivo de la central, con lo que se habrían perdido todas las inversiones realizadas”. Un escenario que, a juicio de los ecologistas, permitiría a Nuclenor tener un “elemento de presión económico sobre el nuevo Gobierno”.