La nueva escultura del Homo Antecessor completa la Galería del MEH
Obra de la paleo-artista francesa Elizabeth Daynès, se suma a las otras nueve figuras hiperrealistas de la Galería de los Homínidos
Para la reconstrucción se han empleado los mismos materiales que en el resto de figuras, salvo el pelo
Veinte años después del descubrimiento de Homo Antecessor en Atapuerca, el Museo de la Evolución Humana completa por fin la Galería de los Homínidos, sumando a las otras nueve figuras hiperrealistas la de la especie homínida más antigua de Europa. La escultura, de 30.000 euros, es obra de la paleo-artista francesa Elizabeth Daynès cuyo concienzudo trabajo consiste en “encontrar la identidad de los hombres del pasado”. ¿Cómo? A través de los restos fósiles encontrados, mediante técnicas forenses, y además, en contacto directo con los investigadores.
El retraso fue por la falta de restos fósiles
Así lo ha señalado el codirector de los Yacimientos de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, que ha colaborado como asesor científico. Bermúdez asegura que el proceso ha sido muy complejo, ya que los alrededor de 160 restos fósiles hallados estaban muy fragmentados “por el canibalismo”. Los huesos mejor conservados han sido el maxilar número 69 y el frontal número 15, sumado a la mitad izquierda de una pequeña mandíbula femenina, permitiendo una buena reconstrucción del cráneo. Según el investigador, todo esto, sumado a los dibujos del anatomista Mauricio Antón, proporcionan una idea “muy fiable” del aspecto facial de los adolescentes de Homo Antecessor.
La reconstrucción
Elisabeth Daynès se mostró reticente al no tener un cráneo completo, con el que sí contó para la creación de las otras nueve esculturas. Pero con los restos hallados, pertenecientes a un chico o chica de unos diez años, y la ayuda de los investigadores, la reconstrucción de la cabeza se ha convertido en una realidad.
Además, los trabajos científicos permitieron averiguar que la cara de los adultos de esta nueva especie era tan parecida a la nuestra como la del ‘Chico de la Gran Dolina’. El tamaño del cerebro y la forma del cráneo han seguido siendo una incógnita. No obstante, empleando mediciones indirectas del hueso frontal, se pudo averiguar que el cráneo de esta especie tenía un cerebro algo superior a los 1.000 centímetros cúbicos.
El siguiente paso fue esculpir el cuerpo de aquel adolescente y averiguar su estatura y proporciones corporales. Así, a partir de los restos mejor conservados del esqueleto post-craneal encontrados en el Yacimiento y a la investigación del equipo, se fue obteniendo una idea bastante clara de su estatura, robustez y características de sus extremidades, así como de la forma del cráneo. Los materiales empleados han sido los mismos que para el resto de esculturas: siliconas y postizos como los ojos. Pero en este caso, sin pelo, “para que se vea bien su anatomía”.
Esto es lo que tenemos por ahora, pero de Castro ha añadido que están pensando en excavar de nuevo en unos años el nivel TD6 donde esperan que haya cientos de restos, “quizá de adultos”, de Homo Antecessor.