Un pueblo semi fantasma arropado por el Ebro y un gran hayedo

El pequeño pueblo sucumbió en el olvido con el cierre de una explotación minera de la que se extraía cobre

Un gran hayedo envuelve el poblado en que apenas quedan una explotación ganadera y un establecimiento de turismo rural

El dolmen del Moreco, a cuatro kilómetros monte arriba, es uno de los mejor conservados de la provincia y tiene 5.500 años de antigüedad

Un pueblo semi fantasma arropado por el Ebro y un gran hayedo Doce ortostatos forman la cámara funeraria. BC

La parte más alta de la Peña del Otero ofrece una de las vistas más espectaculares de lo que queda de conjunto urbano de Huidobro. Desde el alto se pueden ver en primer plano los restos del asentamiento y las viejas minas de cobre, principal sustento económico de la zona en los siglos XVIII, XIX y principios del XX. Y envolviendo este entramado, un espectacular bosque de hayas en el que parece que se hubiera detenido el tiempo.

Hoy es un pueblo dormido y sólo una explotación ganadera y otra de turismo rural son capaces de dar vida a tanta vegetación y a tanta belleza natural. Sus inexistentes calles son pedregosas y embarradas, y sólo pasean por ellas unas pocas vacas, algún caballo semi salvaje y algún que otro pastor alemán.

Iglesia de San Clemente con una interesante portada románica. BC

Iglesia de San Clemente con una interesante portada románica. BC

Huidobro sucumbió y casi desapareció cuando las minas de cobre cerraron y todo terminó para quienes vivían de esa explotación. Este pequeño pueblo es el que se encuentra más al sur de las comarca de Las Merindades, a pesar de estar ubicado en pleno Valle de Sedano. La etimología del topónimo Huidobro nos remite a los orígenes de esta tierra: hoya del Ebro. El gran río ibérico ahonda y penetra las montañas para dibujar, apenas dos kilómetros más arriba del pueblo, un gran cañón que separa estas tierras de las de Pesquera y Cortiguera, en la planicie superior.

Un exiguo desfiladero, un camino hoy inexistente comunica el pueblo con la carretera de Pesquera y Cortiguera. Desde abajo y hacia arriba, la planicie de Gredilla hace ascender una vieja vía pecuaria desde las cuatro casas que quedan en pie. Y toda la hoya se puebla de un generoso bosque de hayas y robles. Y entre la profusa vegetación, el pueblo. Del caserío apenas se conservan signos de vida. Sólo los restos de la vieja mina que se entrevén comidos por la vegetación, las pocas casas y las ruinas de la iglesia de San Clemente, dan idea de lo que fue el pueblo.

La vista desde el alto del Otero es espectacular. Entre aerogeneradores se adivinan diferentes puntos de esta geografía de la montaña del Valle de Sedano. Así, quedan al este la hoya de Huidobro y el hayedo, al oeste se atina ver el río Rudrón y su pequeño cañón que se hace poema en piedra en Orbaneja. Al norte se divisa la semi comarca del Butrón y Villaescusa. Al sur queda la pequeña población de  Nocedo y el camino blanco que conduce al alto.

Dolmen del Moreco

Dolmen del Moreco y su pasillo de entrada. BC

Dolmen del Moreco y su pasillo de entrada. BC

Esta comarca de Sedano es rica en restos arqueológicos. Desde las tumbas antropomórficas del pueblo citado, junto a su iglesia parroquial, hasta los dólmenes de Gredilla. El Moreco es el dolmen mejor conservado de toda la zona, muy rica en este tipo de monumentos y altares funerarios. Dolmen significa ‘mesa de piedra’ o ara y es una gran construcción de piedra con tres partes. De un lado, la cámara, formada por doce ortostatos, donde se enterraban los cadáveres, un pasillo de acceso y una concentración de piedras y tierra que cerraba la estructura.

El de Huidobro tiene una antigüedad aproximada de 5.500 años (es del 3.500 antes de Cristo) y se tiene constancia de que este tipo de enterramientos se utilizó durante más de 2.500 años. Por la comarca son interesantes los dólmenes de Moradillo, de Gredilla y Loma. Y en la misma zona los de Tubilla y Sargentes de la Lora.