La Junta garantiza libertad para participar en las mancomunidades

Los municipios de las áreas estables funcionales podrán elegir libremente si crear una mancomunidad urbana

Podrán conservar su pertenencia a las mancomunidades rurales, pero sin duplicar la prestación de servicios

Miranda de Ebro es la ciudad que más problemas está poniendo ante las nuevas áreas funcionales

La Junta garantiza libertad para participar en las mancomunidades Miranda y su alfoz componen una de las tres áreas funcionales. GIT

Diez meses después de su aprobación en las Cortes Regionales, la Ley de Ordenación del Territorio va cumpliendo etapas, en lo que a su desarrollo normativo se refiere. La Junta de Castilla y León trabaja en estos momentos en la definición de las áreas funcionales estables, esos espacios geográficos constituidos en torno a los municipios de más de 20.000 habitantes, que nacen más como puro instrumento de organización del territorio, que como repartidor y dado de servicios y competencias. Una vez diseñado el nuevo mapa territorial, los responsables regionales están explicándoselo a los municipios afectados, y esta mañana han recalado en Burgos.

La viceconsejera de Administración y Gobierno del Territorio, María José Salgueiro, ha sido la encargada de reunirse con los 31 municipios que conforman el Área Funcional Estable de Burgos: 12 ubicados en el Alfoz  y, el resto, en un radio de 16 kilómetros en torno a la capital. Salgueiro ha insistido en que las áreas funcionales estables sólo delimitan territorio, por lo que no crean ningún tipo de estructura, ni afectan a la gestión de servicios, ni dilucidan sobre competencias. Es más, formar parte de un área funcional tampoco obliga a los municipios a constituirse como mancomunidad.

Sin duplicidad de servicios

Una vez aprobado el nuevo mapa de ordenación territorial, las localidades afectadas podrán decidir si quieren crear una Mancomunidad de Interés General Urbana. Para ello, tienen que contar con un mínimo de un tercio de los municipios, entre los que debe estar la capital. Pueden elegir libremente si participar o no y, sobre todo, qué servicios quieren compartir. Es más, María José Salgueiro recuerda que, aún creándose esa Mancomunidad Urbana, los ayuntamientos que la conformen no tienen que abandonar las mancomunidades rurales de las que formen parte.

Eso sí, nunca se duplicarán servicios. Es decir, que si los municipios mancomunados deciden gestionar el abastecimiento de agua o el transporte a través de una vinculación con el Ayuntamiento de Burgos, no podrán recibir esos mismos servicios de la mancomunidad rural, pero sí el resto. Esta ha sido la principal preocupación expresada por los alcaldes de los 31 municipios reunidos está mañana con la consejera, que en general no han mostrado su desacuerdo con el planteamiento de la Junta. De todos modos, disponen hasta el 11 de septiembre para presentar las alegaciones que consideren oportuno.

Medio rural

En la provincia existirán tres áreas funcionales estables: Burgos, con 31 municipios; Miranda de Ebro, con 8; y Aranda de Duero, con 23. Ni en Burgos ni en Aranda los alcaldes han puesto muchos peros a la nueva reorganización territorial; otra cosa ha sido Miranda de Ebro. El alcalde Fernando Campo ya ha asegurado que la ciudad no piensa mancomunarse con ningún otro municipio mientras no haya financiación comprometida, al mismo tiempo que se niega a unirse al Condado de Treviño, porque ocasionaría problemas a la ciudad.

En otro apartado de la Ley de Ordenación del Territorio queda desarrollar definir el futuro de las mancomunidades de interés general rurales, así como la creación de las denominadas unidades básicas de administración y servicios, que es lo que verdaderamente preocupa a los pequeños municipios. Todos aquellos que no se encuentran próximos a las ciudades, están a la espera de saber cómo queda el reparto de competencias y si van a conservar la distribución de servicios como hasta ahora.