La Junta amplía la protección de San Pantaleón de Losa
El entorno de la ermita, declarada Bien de Interés Cultural, gozará de una protección especial debido a su peculiar ubicación
El milagro de las reliquias del santo que da nombre a la ermita, San Pantaleón, está vinculado con la leyenda del Santo Grial
La Ermita de San Pantaleón de Losa constituye uno de los exponentes más singulares del románico de la provincia de Burgos. Declarada monumento desde 1944 por sus relevantes valores arquitectónicos, decoración escultórica y repertorio iconográfico, destaca su singular ubicación en lo más alto de una peña en forma de proa de barco, conocida como «peña colorada», desde la que se erige e impone su silueta sobre la vega del río Jerea.
Así, atendiendo a la peculiar ubicación de este Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento, la Junta delimitará un entorno espacial que garantice suficientemente su protección, preservando la valiosa relación existente entre el monumento y el medio físico en que este se enclava, así como las visuales que se proyectan desde y hacia el monumento. De esta forma, todas las obras que tengan que realizarse en la zona que se pretende declarar, no podrán llevarse a cabo sin la aprobación previa del proyecto por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural.
Esta estratégica ubicación explica la ocupación del lugar en época celta, romana y medieval, documentándose la existencia de una necrópolis con tumbas fechadas entre los siglos XIII y XVII, así como una basílica paleocristiana. Según consta en una inscripción conservada en la ermita, su bendición tuvo lugar en 1206 bajo la advocación de San Pantaleón, Santo Mártir cuya sangre se licua durante horas el 27 de julio, fecha de su martirio. El milagro de las reliquias de San Pantaleón, vinculado con la leyenda del Santo Grial, convierte este sitio en lugar de peregrinación de fieles y ha contribuido a la aparición numerosas leyendas.
La ermita es una construcción en estilo románico, de una nave con ábside semicircular a la que se añade otra nave en estilo gótico. La ubicación de la ermita en una ladera pendiente determina una de las peculiaridades de su construcción, pues se adapta al terreno de tal forma que fachada y ábside presentan diferentes alturas, problema resuelto en su interior mediante unos escalones, aflorando la roca directamente en el suelo del ábside.
El elemento más singular del exterior es su portada, y en especial, la enigmática figura situada en el lado izquierdo, que ha dado lugar a numerosas interpretaciones; para algunos podría ser Sansón, para otros un atlante, Hércules o incluso algunos reconocen a Noé. A la derecha del pórtico se localiza una columna en zigzag, que se interpreta como un rayo, o una serpiente –signo de alguno de los milagros de San Pantaleón– o incluso como el bastón de Hércules.
Destaca el conjunto de la decoración escultórica, con un interesante repertorio iconográfico en el que se muestran imágenes relativas a los seis martirios de San Pantaleón –con plomo fundido, ahogamiento en el mar, en la rueda, en el potro, arrojado
a las fieras y con una espada hasta que, finalmente, fue decapitado–, motivos estos que serían posteriormente imitados en otros templos románicos de la comarca.