Peñaranda de Duero: Cuna del renacimiento en la provincia

Sus edificios más importantes son de esta época como el Palacio Condal, la iglesia de Santa Ana, el castillo o la Botica de Ximeno

Los condes de Miranda, la familia Zúñiga Avellaneda, fueron los impulsores del conjunto monumental y de sus inmuebles más notables

Su botica es la más antigua de España en funcionamiento y aún guarda el sabor añejo y el aspecto histórico en su jardín botánico y el museo

Peñaranda de Duero: Cuna del renacimiento en la provincia Las construcciones de la plaza guardan una estética muy castellana. BC

El Palacio de Avellaneda, edificio renacentista con un hermoso patio de dos pisos con soportales y una puerta blasonada. La iglesia barroca de Santa Ana, el monumental castillo, la Botica de Ximeno, las angostas y empedradas callejuelas… convierten a Peñaranda de Duero en un pueblo con un encanto especial. Entre pinares y viñedo de tierras arenosas, otras de secano y otras de regadío para cereal, Peñaranda surge como un oasis hecho piedra en la Ribera del Duero.

Imponente claustro renacentista del Palacio de Avellaneda. BC

Imponente claustro renacentista del Palacio de Avellaneda. BC

Toma su nombre de la roca fortificada que la protege y el río que le da vida. Está agrupada a los pies de su imponente castillo de la Edad Media y llega a los fértiles campos que manan vino y hacen crecer las espigas para el pan.

Además de los monumentos tan renombrados, también posee la villa un pequeño Museo de la Herrería. Quienes se acerquen hasta esta villa pueden contemplar, entre otras cosas una interesante colección de lámparas y relojes construidos por un artista local. La fragua en la que modelar el hierro está tal cual la montó la familia, y completan la muestra una colección de relojes de origen francés única en la provincia de Burgos. De sobremesa o pendulares… el tiempo se para en el museo y en la villa.

Palacio

Si hay un monumento renacentista por excelencia en la Ribera del Duero ese es el Palacio de los Zúñiga, condes de Miranda, conocido como el de la familia Avellaneda. Su portada plateresca; su patio central de doble arcada decorado con esculturas mitológicas, heráldicas y otros detalles; sus salones con artesonados y yeserías que alternan los estilos mudéjar y plateresco… son dignos de cualquier palacio real, como lo es el Salón de Embajadores, presidido por una chimenea de estuco, sobre la que se abre una tribuna cerrada con celosías. Y por supuesto, su escalera de honor.

La iglesia de Santa Ana fue una colegiata abacial y guarda importantes tesoros litúrgicos. BC

La iglesia de Santa Ana fue una colegiata abacial y guarda importantes tesoros litúrgicos. BC

Santa Ana

Muy unida a la familia de los Zúñiga también está la excolegiata abacial de Santa Ana porque su construcción fue financiada por María Enríquez de Cárdenas, viuda de Francisco de Zúñiga, y su hijo. La construcción se llevó a cabo gracias a la bula pontífica concedida por Paulo V en 1605 y se prolongó desde 1540 hasta principios del siglo XVII. El edificio está formado por una nave con planta de cruz latina que posee un crucero enorme y una torre poligonal.

Castillo

El primer conde de Castilla, Fernán González, ordenó fortificar la villa y de esa época, siglo X, datan las primeras actuaciones en la mota sobre la que se ubica la fortaleza. El paso del tiempo lo deterioró y fue reformado en el siglo XV por la familia Zúñiga. Sus altos muros almenados están rodeados por cilindros de piedra para cerrar bien el alcázar peñarandino.

Botica de Ximeno

Está considerada la farmacia más antigua de España y sigue funcionando como tal y data del siglo XVIII. Lucas Ximeno la fundó entonces y ha ido pasando de generación en generación, ocho en total, hasta nuestros días. Tiene varias dependencias aún activas como el dispensario, la botica, la rebotica, el laboratorio y un jardín de botánico de plantas medicinales. Cuenta con un interesante museo de farmacia abierto al público.