Septiembre, mes clave para el proyecto de la antigua estación
Las obras para convertir el edificio en un centro de ocio infantil y juvenil podrían comenzar después del verano
En septiembre, el Equipo de Gobierno estudiará los modelos de gestión y decidirá sobre régimen de concesión
El proyecto debe estar concluido, pagado y recibido antes de finalizar 2015 para no perder los fondos Urban
La conversión de la antigua estación del ferrocarril en un centro de ocio infantil y juvenil está un poco más cerca, después de que la Junta de Gobierno Local haya aprobado esta semana el pliego de cláusulas administrativas para sacar a concurso el proyecto de rehabilitación, por un importe de 2,8 millones de euros. Mientras, en el Instituto Municipal de Cultura (IMC) siguen estudiando los diferentes modelos de gestión que se podrían aplicar a la nueva instalación, sin que se haya tomado decisión aún sobre quién adquirirá el equipamiento o cuál será el régimen de concesión del servicio. Pero, vayamos por partes.
Lo que más urge en estos momentos en el Ayuntamiento de Burgos es comenzar la obra civil. Con la aprobación del pliego de cláusulas administrativas se inicia el procedimiento para poder adjudicar los trabajos, lo que podría producirse en el mes de septiembre. El objetivo, tal y como explica el presidente del IMC, Fernando Gómez, es comenzar las obras de manera inmediata, puesto que la fecha tope para que el proyecto esté concluido, paga y recibido por el Consistorio es finales de 2015, si no se quieren perder los fondos del Plan Urban con los que se financiarán el 80% de los 2,8 millones invertidos.
Gestión condicionada
Con los operarios ya trabajando, el Equipo de Gobierno empezará ya a definir cuál es el modelo de gestión más adecuado para el futuro centro de ocio infantil y juvenil. Cuentan con el documento elaborado por Aguirre Newman, en el que se muestran diferentes opciones, comparando pros y contras, y sobre el reflexionarán a partir de septiembre. Gómez reconoce que lo mejor sería que una única empresa se encargase tanto del servicio de hostelería como de las actividades de ocio, en lugar de sacar dos concursos independientes.
Administrativamente sería más sencillo para el Ayuntamiento, y más atractivo económicamente para las empresas, dado que el servicio de actividades de ocio será deficitario, pudiéndose cubrir las pérdidas con los beneficios de la cafetería. Otro asunto a estudiar es si el equipamiento lo adquiere el Consistorio o la empresa que gestione el centro de ocio. Cada uno de los casos exige un régimen de concesión diferente, tanto en lo que se refiere al precio como al tiempo. Una cosa es que el Ayuntamiento ceda para su explotación una instalación equipada, y otra que la empresa tenga que amortizar las inversiones realizadas en equipamiento.
Proyecto abierto
El presidente del IMC insiste en que, además, hay que sondear el mercado para saber qué empresas podrían estar interesadas en el proyecto y qué tipo de gestión sería mejor recibida, para tener la certeza de que existirán ofertas cuando se abra el concurso público. Por otra parte, y ante las críticas del PSOE en las que se hacían eco de los informes de los técnicos municipales que cuestionaban la falta de concreción del proyecto, en lo que a actividades infantiles y juveniles se refiere, Fernando Gómez tiene claro que, tal y como se ha planteado, es la forma correcta.
Si se hubiese tenido que presentar un proyecto cerrado, en el que quedase especificados los usos de cada uno de los espacios o salas del centro de ocio, habría sido “inviable” cumplir el plazo de 2015. Además, dado que se está tratando con actividades juveniles e infantiles, que “exigen una continua puesta al día”, lo más adecuado es presentar un proyecto abierto, con espacios polivalentes que se puedan adaptar a las necesidades de cada momento. Los técnicos criticaban que, sin concreción, la obra podría requerir de reformas posteriores para cubrir necesidades no contempladas.