Herencia burgalesa al otro lado del Atlántico
A través del programa ‘Añoranza’ 16 burgaleses o descendientes de éstos han venido desde Argentina, Cuba y Uruguay para celebrar la fiesta del ‘Burgalés Ausente’
El grupo disfrutará de 4 días en la ciudad, con un vuelo y estancia subvencionados por el Ayuntamiento y la Junta
Con motivo de la celebración del Burgalés Ausente el próximo domingo, una expedición de 5 hombres y 11 mujeres de sangre burgalesa ha llegado a la ciudad, gracias a la ‘Operación Añoranza’. Este programa, el más antiguo de Castilla y León, lleva ya 27 años subvencionando el viaje tanto de burgaleses nacidos aquí como el de aquellos descendientes cercanos que quieran conocer o regresar a la tierra que vio nacer a su familia.
El grupo de 16 personas, venidas desde Argentina, Cuba y Uruguay, ha sido recibido esta mañana en el Salón de Plenos del Ayuntamiento por el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, el concejal de festejos, José Antonio Antón y el gerente de salud del área de Burgos, Teófilo Lozano, que les ha entregado a cada uno una tarjeta de la Seguridad Social para su breve estancia en España.
Javier Lacalle ha hecho referencia al “importante esfuerzo” que desde el Ayuntamiento y la Junta se hace cada año para poderles pagar el viaje de avión y la estancia hasta el domingo. Algo que en cualquier caso, “es fundamental”, ha añadido, especialmente en estos días de fiesta, ya que en mayor o menor grado “tienen sangre burgalesa”. El grupo, que llegó ayer por la tarde, se quedará aquí cuatro días para visitar la ciudad y participar de los actos del domingo en Fuentes Blancas, con cerca de 1.000 compatriotas. Después, dependiendo de si tienen o no a su familia, algunos regresarán a casa el lunes o disfrutarán de unos días en la capital y provincia, ya que el billete de vuelta es abierto.
Burgaleses al otro lado del charco
Los 16 afortunados, nacidos entre 1930 y 1976, han sido escogidos por los centros burgaleses de sus países, respondiendo a un perfil determinado en función del vínculo más o menos cercano que tuviesen con la ciudad. Los hermanos Mariano y Martín Carbajo son los benjamines del grupo y conocían Burgos por las historias de su abuela, nacida en La Bureba. Aún así, cuentan, se marchó de pequeña a Uruguay, por lo que apenas vivió unos años aquí.
Basilisa Fernández, la mayor del grupo, vivió en el Valle de Valdivielso hasta los 17 años, cuando se marchó a trabajar a La Habana con sus tíos. Entonces se “ennovió” y decidió quedarse. Viuda ya, tiene cuatro hijos y diez nietos que, asegura, “le han salido todos muy bien”. Tanto ella, como sus hijos y algún nieto, han venido repetidas veces a España a visitar a la familia, y en su caso es la segunda vez que participa en la ‘Operación Añoranza’. Es una experiencia “divina”, ha dicho, recordando que la primera vez que ella vino, hace ya unos años, le acompañaron solo cuatro mujeres, en vez de las 11 de este año, una de las cuales está aquí de nuevo. “Cuando me llamaron para volver pensé que era un chiste”, ha comentado entre risas, añadiendo que se quedará alrededor de 10 días por aquí, con la familia. “No más” porque sus nietos “la extrañan”.
Margarita Tapia, de 82 años, ha llegado con la intención de conocer la tierra que vio nacer y crecer a su padre, que emigró a Cuba huyendo del servicio militar a los 18 años y murió en 1979 con la esperanza de volver a Burgos. Margarita quería conocer por fin a la familia de su padre, a la cual, pese haber estado en contacto durante muchos años, le ha perdido la pista. “Puede que se hayan mudado, porque les envíe una carta para avisarles de mi viaje, pero no he tenido respuesta“, se ha lamentado la mujer. Margarita nació en un pueblo de Varadero pero ya lleva viviendo en La Habana 60 años. Tiene muchas ganas de ver algo del Cid, del que ha leído mucho, y también el Monasterio de las Huelgas. Por último, ha agradecido la oportunidad de poder disfrutar de este viaje porque reconoce que sin la subvención jamás habría podido venir.