¡Que empiece la fiesta!
Con el pregón de Alfonso Murillo comienzan de manera oficial los Sampedros 2014
Miles de personas se dan cita en la Plaza Mayor para dar el pistoletazo de salida a las fiestas
No podía faltar el cohete anunciador. GIT
Ya había ganas de fiesta. Con las galas habituales y siguiendo a rajatabla el guión de la tradición, Burgos ha entrado de lleno en la vorágine de las fiestas de San Pedro y San Pablo. Una Plaza Mayor llena hasta la bandera ha recibido esta tarde a las reinas, a los Gigantillos, al Cid y Doña Jimena, a la banda municipal, a los danzantes y a todos aquellos que, de una forma u otra, representan el espíritu de los Sampedros.
Hacía calor, las casetas ya servían las primeras cañas y en la plaza todo estaba preparado para el inicio de las fiestas. Asomadas entre la multitud, las reinas y su corte, protagonistas del primer acto, que no el único. Ante la atenta mirada de miles de personas, y con más de una lluvia de confeti mediante, las reinas infantil y mayor de este año recibían la banda que las proclamaba como tal. Sonrisas y más sonrisas. Nervios y más nervios. Los danzantes hacían lo que les tocaba, la banda les ponía música. Todo orquestado como manda la tradición.
Y como manda la tradición, tocaba subir al balcón de la Casa Consistorial para pregonar las fiestas y, por ende, dar el pistoletazo de salida a 10 días de alegría, actividades y, si Dios quiere, buen tiempo, que siempre es crucial. Primero fue el turno de Natalia Hidalgo, reina Infantil, que con una sonrisa de oreja a oreja subía a la palestra para agradecer a los burgaleses su presencia y, de paso, hacer una suerte de pregón, al que seguirían las palabras de Beatriz Sáiz, la reina Mayor.
Pero el protagonismo en el balcón se lo llevó el rector de la UBU, Alfonso Murillo, que asumió el papel de pregonero otorgado, en parte, por la celebración del 20 aniversario de la universidad. Sus palabras intentaron resonar con fuerza en la plaza, pero los constantes abucheos y consignas gritadas desde abajo por los participantes en las tres manifestaciones convocadas apagaron parte de esa fuerza. Aún así, tanto Murillo como el resto de la comitiva festiva aguantó estoicamente con una sonrisa en el balcón.
Repaso histórico
Tras repasar un poco de la historia de las fiestas, que nunca está de más saber algo de nuestro pasado, el rector animó a los burgaleses a participar en el “magnífico plantel de propuestas festivas” que ha organizado el Ayuntamiento este año. “Vivid con alegría estas fiestas de 2014, participad de sus celebraciones, disfrutad de la compañía de los vuestros, sentid con fuerza la emoción de la tradición o el impacto de lo nuevo” y “dad rienda suelta a las ansias de apurar el tiempo de estos días”, subrayó.
Después de los “vivas” a Burgos y a sus fiestas, aparecieron los Gigantillos para demostrar a los burgaleses que todavía saben moverse al son de las viejas tradiciones. Como también saben hacerlo los miembros de la Banda de Ciudad de Burgos y de la Coral Ciudad de Burgos, que interpretaron el himno de la ciudad ante un público entregado. No será el único ‘bolo’ de las fiestas. Y para rematar la faena, no podía faltar el cohete anunciador. Un cohete que, este año sí, despegó de las manos del alcalde sin llevarse por delante ninguna bandera.
¿Y ahora? Ahora toca todo lo demás. Conciertos, actividades infantiles, tapas, toros, barracas, espectáculos de calle, magia, fuegos artificiales, deporte y jarana, sobre todo, mucha jarana.
¡Felices Fiestas Burgos!