XV rastrillo solidario de APACE hasta el viernes 13
Pese a la crisis, este año se han solidarizado muchas empresas con la Asociación de Parálisis Cerebral
En función de los fondos recaudados, se han planteado poner en marcha un tratamiento de hidroterapia
XV Rastrillo solidario de APACE. TAM
La XV edición del ‘Rastrillo Solidario’ organizada por APACE estará en Plaza España desde el día de hoy hasta el próximo viernes 13, mañana y tarde. El dinero que se recaude irá destinado a la financiación de todas las actividades llevadas a cabo por la Asociación de Parálisis Cerebral y Afines de Burgos, fundada el 6 de junio de 1979 como entidad sin ánimo de lucro.
El objetivo perseguido por esta asociación es que las personas con parálisis cerebral “ocupen el lugar que les corresponde como individuos capaces de hacer contribuciones, y gocen del trato de respeto que se merecen”, poniendo todos los medios al alcance para mejorar la vida de las personas con Parálisis Cerebral. Con este fin, APACE envía cada año una circular a las empresas y tiendas de Burgos solicitando las donaciones materiales a las que puedan contribuir, para ponerle después un precio más bajo.
Cuadros elaborados por los jóvenes con parálisis cerebral en los talleres. TAM
La gerente de la asociación ha afirmado hoy, después de la visita del alcalde y del gerente de servicios sociales, que este año se han solidarizado con la causa “muchísimas empresas, pese a la crisis”. Además, ha explicado la intención de APACE, si se recaudaran los fondos suficientes, de poner en marcha un tratamiento de hidroterapia para las personas de la asociación. La asociación cuenta ya con un ‘tanque de hubbard’ que le fue donada cuando se desmanteló el hospital, pero la gerente ha indicado que “la puesta en marcha y el mantenimiento cuesta mucho”, por lo que todo dependerá del dinero que se recaude en un rastrillo en el que van a colaborar alrededor de treinta personas de la asociación.
Más sobre APACE
La asociación burgalesa de Parálisis Cerebral trata de abarcar todas las necesidades de las persona con esta enfermedad desde que nacen o la familia contacta con ellos, hasta la vejez. Abarcan todo el ciclo vital, pero las necesidades varían en función de la edad. Los niños suelen estar escolarizados y acuden allí por los distintos tratamientos: logopedia, fisoterapia, terapia ocupacional, tratamiento pedagógico, etc. Cuando acaban la etapa escolar a los 21 años, acuden al centro de día, donde realizan diferentes actividades y talleres, algunos de los cuales están expuestos y a la venta en el rastrillo. Por último, tramitan las plazas residenciales de las personas más mayores, donde les atienden.
Actualmente la asociación tiene de 35 a 40 trabajadores, y “muchísimos voluntarios” de todas las edades, explica la gerente, “sin los cuales sería imposible la labor que llevamos a cabo”.