Autismo Burgos considera un ‘éxito científico’ el congreso internacional
‘Perspectivas del autismo 30 años después’ congregó a más de 300 profesionales de siete países deferentes
Apuesta por la atención especializada como garantía para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA
El envejecimiento y el diagnóstico de mujeres con discapacidad intelectual, retos presentes en autismo
La cada vez mayor presencia del autismo en nuestra sociedad está obligando al desarrollo de planes específicos de intervención, en los que las diferentes administraciones (educación, sanidad, servicios sociales…) se coordinan para ofrecer una atención especializada a las personas con trastorno del espectro autista, clave para mejorar su calidad de vida. Esta es una de las conclusiones del Congreso Internacional ‘Perspectiva del Autismo 30 años después’ celebrado en Burgos del 29 al 31 de mayo. En él se analizó también la necesidad de ampliar la formación de profesionales que trabajan con el autismo, así como los retos presentes, entre los que se encuentra el TEA en en la etapa adulta, el envejecimiento y en mujeres con discapacidad intelectual.
La cita congresual, con la que se pone el broche de oro a la celebración del 30 aniversario de la asociación burgalesa, contó con la presencia de más de 300 asistentes procedentes de hasta siete países distintos (España, Uruguay, Colombia, Argentina, Méjico, Reino Unido, USA y Alemania), además de con representación de familias y profesionales de todas las comunidades autónomas. Durante los tres días de trabajo en talleres, sesiones plenarias, rincones de conversación y posters, los participantes llegaron a interesantes conclusiones que permiten calificar el congreso de éxito.
Cada vez existen más evidencias científicas a nivel neurobiológico de que el autismo es un trastorno del desarrollo con entidad propia y alta especificidad, y la investigación llevada a cabo entre hermanos, padres e hijos demuestra una predisponibilidad genética. El aumento de la incidencia de los trastornos del espectro del autismo es un dato científico incuestionable que ha obligado a que muchos países hayan elaborado Planes Específicos de Intervención en Autismo desde diferentes administraciones públicas, como puede ser sanidad, educación y/o servicios sociales.
El apoyo continuado y especializado a las personas con autismo implica un ahorro sobre el gasto social que genera una persona con autismo cuando no ha sido tratada desde pequeña con programas específicos de intervención. El autismo es un amplio espectro en el que pueden encontrarse personas con capacidades y necesidades muy diferentes entre sí en cuanto a nivel e intensidad de apoyo, pero comunes en cuanto a origen y explicación de las mismas. El mayor conocimiento que se está logrando sobre el autismo, junto con el cambio en la concepción de la sociedad hacia las personas con discapacidad en general, ha generado una transformación en los objetivos de la intervención.
Atención especializada
Actualmente se evidencia a través de las opiniones de expertos y de la experiencia que la atención especializada es una de las pocas vías exitosas que puede lograr el pleno desarrollo de la persona con autismo y su inclusión participativa en el contexto en el que se desenvuelve. La intervención educativa especializada es la propuesta de apoyo que acompaña a la persona con autismo de por vida, pudiendo ser apoyada en momentos concretos, y bajo estricto seguimiento, de tratamientos farmacológicos. Las personas con TEA procesan la información de manera diferente por eso requieren procesos educativos permanentes adaptados a sus necesidades y a sus capacidades.
La formación de los profesionales de psiquiatría y neurología es vital en cuanto son los referentes a la hora de comenzar un proceso diagnóstico y en cuanto al menos un 75% de las personas con autismo van a presentar a lo largo de su vida comorbilidad con otros trastornos (problemas de conducta, ansiedad, TDAH,…). El conocimiento profundo y especializado del autismo ha de ser la base de una intervención farmacológica que incida directamente sobre dicha comorbilidad, de forma que se identifiquen los síntomas en relación a las manifestaciones diversas del autismo en cada persona.
Retos presentes
En la medida en que se amplía el espectro del autismo, se incluye a la persona en la sociedad y en su contexto y se conoce más sobre el autismo, aumentan los retos que deben asumir las entidades y administraciones que atienden a dichas personas. El diagnóstico de autismo en mujeres sin discapacidad intelectual, supone un reto en la detección de las mismas y en su posterior intervención, en la medida en que parece que es una constante el que dichas mujeres pueden enmascarar sus necesidades a través de unas habilidades sociales más desarrolladas que los hombres.
La etapa adulta y el envejecimiento, sigue siendo la gran desconocida en el ámbito de la intervención con personas con autismo. Las primeras generaciones de personas con autismo adultas están llegando a la vejez y aún hoy, todavía no se ha contemplado esta etapa de la vida de una manera diferenciada. Los procesos cognitivos del envejecimiento, el acceso al empleo, la autonomía en la etapa adulta, aún son aspectos que requieren investigaciones y buenas prácticas. La realidad de los datos existentes refleja un escasísimo acceso al empleo por parte de las personas adultas con TEA, así como la necesidad de un apoyo continuado a lo largo de la vida en todas las dimensiones de la vida.
Asociaciones como modelo único
Las asociaciones de familiares promueven y gestionan los servicios especializados, trabajando y colaborando de manera conjunta con profesionales, investigadores, administraciones y asociaciones de profesionales. La implicación de las familias de las personas con autismo en la gestión de los servicios, en la promoción del conocimiento y en la difusión del conocimiento ha sido en el pasado y sigue siendo en la actualidad, un modelo único y universal en el ámbito de la atención a las personas con discapacidad.
Aparece de forma evidente la necesidad de instaurar nuevos perfiles profesionales que den respuesta a las necesidades emergentes de las personas con autismo a lo largo de su vida y de los contextos en los que se desenvuelvan a través de reflexiones centradas en la ética y la visión de la persona con autismo como ciudadano de pleno derecho (preparadores laborales, asistentes personales…). Las necesidades que presentan las personas con autismo obliga a que exista un alto nivel de coordinación y colaboración entre todos los sectores que son clave a la hora de generar conocimiento y ofrecer servicios y atención a dichas personas: educación, servicios sociales, sanidad, investigación…