Las discrepancias entre Eficanza y Sanidad acaban en los tribunales

Eficanza presenta tres contenciosos administrativos por desacuerdos sobre factura de la luz, re-equilibrios presupuestarios y tarjetas asignadas

El consejero de Sanidad insiste en que el costo del HUBU es similar al de otro hospital ejecutado por la administración pública

Sáez Aguado recuerda que la concesionaria ha presentado cuentas con pérdidas de en torno a los 14 millones

Las discrepancias entre Eficanza y Sanidad acaban en los tribunales Sáez Aguado se reúne con la Plataforma por la Sanidad Pública. PCR

El gasto energético, el incremento del presupuesto tras el modificado del equipamiento y el número de tarjetas sanitarias asignadas son tres de las cuestiones sobre las que la Consejería de Sanidad y Eficanza, la empresa concesionaria del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), no se ponen de acuerdo. Tres controversias que han acabado en los tribunales, tras sendos recursos contenciosos administrativos presentados por Eficanza, según ha explicado el consejero Antonio María Sáez Aguado, quien se ha reunido esta tarde con representantes de la Plataforma por la Sanidad Pública de Burgos.

“No estamos enriqueciendo a nadie”

Por lo que se refiere a la factura de la luz, la empresa concesionaria asegura que el gasto energético del HUBU es superior a lo recogido en el contrato firmado con Sanidad, de ahí que pidan un incremento del pago correspondientes a este servicio. Antonio María Sáez Aguado ha recordado que los datos de facturación, consumo y coste que se incluyen en el contrato responden a unos estándares o referencias generales, que determinan cuál es el consumo energético de una instalación de las características del HUBU y a qué precio se debe pagar el kilovatio, no a una valoración propia de la Consejería.

De ahí que Sanidad haya rechazado reiteradamente las solicitudes de incrementar la partida destinada a estos fines y que, ante esta situación, la concesionaria del Hospital Universitario haya planteado un recurso contencioso-administrativo. Más o menos lo mismo ha ocurrido con el re-equilibrio del presupuesto correspondiente al equipamiento tras el modificado llevado a cabo en 2010. Entonces, en respuesta a las demandas de los diferentes jefes de servicio del complejo, se planteó la necesidad de cambiar las previsiones en equipamiento, introduciendo nuevos elementos, más modernos y avanzados.

La Junta de Castilla y León estableció el incremento en 56 millones de euros, al pasar de 47 millones de presupuesto inicial a 103 del definitivo. Sin embargo, la concesionaria tampoco está conforme con estas cifras, y valora el modificado en cantidades superiores, que a su juicio deberían repercutirse en el canon anual que está recibiendo. Como no hay acuerdo, el caso está también en los tribunales. El tercero de los contenciosos tiene que ver con el número de tarjetas sanitarias asignadas que, según Eficanza, el es superior el número que gestionan al que se recoge en el contrato de concesión.

Enriquecimiento empresarial

“Sin la concesión, estoy absolutamente convencido de que hoy no tendríamos hospital nuevo en Burgos” 

Con estas informaciones en la mano, Antonio María Sáez Aguado apoya su teoría de que el proyecto del Hospital Universitario no se planteó con el objetivo de enriquecer a ninguna empresa privada. El consejero de Sanidad ha sido tajante, “no estamos enriqueciendo a nadie”, es más, según las cuentas de Eficanza, en los dos años que lleva en  marcha la infraestructura ha tenido pérdidas por valor de 14 millones de euros. Asimismo, Sáez Aguado ha insistido en que a la administración le está costando lo mismo el HUBU construido bajo la fórmula de concesión que si lo hubiese ejecutado directamente la Junta.

En primer lugar, porque el canon anual que se le paga a Eficanza (en el último ejercicio de 71 millones de euros) incluye tanto la parte fija derivada de la inversión realizada en obra e infraestructura como la variable referida a los servicios no hospitalarios. En otros centros de la región, la Junta también tiene externalizados servicios como Hostelería, que vienen a costarles más o menos lo mismo que le están pagando a Eficanza. Y, en segundo, porque los modificados que han permitido mejorar la infraestructura y el equipamiento, con incremento del coste, también se han dado en otros proyectos regionales, como el Río Hortega de Valladolid.

Antonio María Sáez Aguado ha insistido en que el HUBU tiene problemas, como los tienen otros hospitales de la región, nada tiene que ver el modelo de construcción. Al mismo tiempo, el consejero de Sanidad ha recordado que si la Junta no hubiera optado por la concesión “estoy absolutamente convencido de que hoy no tendríamos hospital nuevo en Burgos”. Ejemplos como los de Valdecilla (Cantabria), Toledo, el Clínico de Granada o el Central de Asturias demuestran que la fórmula tradicional no funciona en época de crisis, porque muchos de ellos no se han acabado aún o han tenido que recurrir a la concesión para su finalización y/equipamiento.