Una bomba, material radioactivo y muchos niños

La Guardia Civil realiza un simulacro de emergencia en el CEIP Campos de Castilla de Quintanadueñas

Practican la desactivación de un explosivo y la descontaminación de personas

Una bomba, material radioactivo y muchos niños Los niños pasaron el proceso de descontaminación. GIT

El CEIP Campos de Castilla de Quintanadueñas recibe un paquete. Alguien lo abre y de él sale un polvo “azulado”. Al mirar en el interior, los responsables del centro observan varios cables. Cunde el pánico. Se llama a la Guardia Civil, que rápidamente hace acto de presencia. Los primeros agentes comprueban las sospechas del personal docente y añaden una más. El paquete parece ser una “bomba sucia” cargada con cesio 130. Hay que llamar a la “caballería”.

Ese ha sido el escenario planteado esta mañana por la unidad de intervención ante emergencias de índole nuclear, radiológico, bacteriológico y químico de la Guardia Civil de Burgos para desarrollar una de sus habituales prácticas. Una práctica en la que han participado efectivos de la USECIC de la Comandancia de Burgos, de la Unidad Funcional NRBQ, del Puesto de Sotopalacios y del grupo GEDEX (desactivación de explosivos), así como los más de 200 alumnos del centro y el personal docente.

Según ha explicado el teniente José Ramón Martín, el objetivo del ejercicio era doble: proceder a la desactivación del supuesto artefacto y asegurar la descontaminación de la zona. Así, al filo de las once de la mañana y tras recibir el hipotético aviso por parte de los primeros agentes actuantes, una dotación formada por varios vehículos de la Guardia Civil se personaba en el centro educativo. En el patio ya estaban esperando los alumnos, que en teoría habían abandonado el edificio cumpliendo con el plan de evacuación. Rápidamente, los efectivos de la Guardia Civil acordonaban la zona, impidiendo la entrada y salida de cualquier persona. Y es que, tal y como ha señalado el teniente, en este tipo de situaciones “tenemos que tratar de retener” en un mismo lugar “a toda la gente que ha estado expuesta ante la posible contaminación” para “evitar que se propague al exterior”.

Pero, ¿y los que en teoría ya habían estado expuestos? A ellos les ha tocado pasar por el proceso de descontaminación, basado en este caso en tres piscinas en las que los agentes, ataviados con trajes especiales, escobas y pulverizadores procedían a su lavado. “En la primera piscina se realizaría un primer lavado, en la segunda utilizaríamos productos retiraríamos las partículas contaminantes frotando y en la tercera se realizaría el aclarado”, ha explicado Martín.

Mientras tanto, en otra parte del colegio, un robot de los TEDAX, apodado ‘Campeador’, procedía a desactivar el explosivo y guardar en un recipiente plomado la sustancia radiactiva. “Una vez asegurada, vendría otro equipo de ENRESA para su traslado” y guardado en un lugar seguro.

Coordinación

A pesar del espectacular despliegue puesto en marcha por parte de la Guardia Civil, éste no sería sino una mínima parte de lo necesario en una situación real. “Hemos rebajado el nivel de alerta, porque se trata de una práctica” y no de una emergencia real,  en la que “tendríamos que intervenir con todo tipo de efectivos de la administración local, la autonómica, protección civil, bomberos y el hospital de referencia“. Y eso sin contar con otras entidades susceptibles de colaborar, como el Consejo de Seguridad Nuclear, ENRESA o la Unidad Militar de Emergencia. En definitiva, una situación como la planteada en la práctica exigiría un despliegue masivo de efectivos y una intervención “de varios días” para asegurar la zona.

Pero eso a los niños parece que les ha importado poco. Aún manteniendo una buena organización, ellos sólo pensaban en correr y disfrutar de la visita de los agentes, alucinando con sus trajes y máscaras. Y con ‘Campeador’, claro.