Los inquilinos del Círculo Católico de Obreros no se rinden

El pasado jueves se reunieron con la junta directiva, que se presentó con abogado y cuestionando la representación de los portavoces

La  Fundación Benéfica se defiende asegurando que la relación con los inquilinos está determinada por contrato

Los socios piden que se bajen los alquileres para adaptarse a situaciones de paro, escasez de recursos y pensiones pequeñas

Los inquilinos del Círculo Católico de Obreros no se rinden Los socios del Círculo protestaron en la sede con globos y una pancarta. IAC

No hay disposición de dialogar. Al menos así lo sienten los inquilinos del Círculo Católico de Obreros tras la última reunión mantenida con la junta directiva de la Fundación Benéfica en la tarde del jueves. Se presentaron con un abogado, “una persona ajena a la casa”, quien intentó identificar a los portavoces de los socios del Círculo. Mientras, los directivos arremetían contra su representación del colectivo de afectados, solicitando documentos que lo demostrasen, tal y como explica Javier Hernando, uno de los portavoz elegidos entre los alrededor de 500 socios que habitualmente acuden a las reuniones.

El problema es simple: los inquilinos de los edificios construidos por la Fundación Benéfica piden que se rebajen las rentas en un 30% para ajustarse a las nuevas condiciones de vida de sus inquilinos: personas mayores con pensiones bajas, que en algunos casos tienen hijos a su cargo; familias que han perdido parte de sus ingresos por la crisis; trabajadores en paro… Hernando insiste en que, cumpliendo el fin social para el que fue creada, la Fundación debería tener en cuenta las necesidades especiales de sus socios y bajar los alquileres, que, en algunos casos, se comen más del 50% de la renta que manejan los arrendatarios.

Fin social

Así se lo expusieron en la reunión del jueves, que respondía a las múltiples peticiones realizadas por el colectivo, tras la manifestación llevada a cabo el pasado 14 de abril. Hernando reconoce que “la concentración no les gustó nada”, pero tampoco llegaron a la cita con intención de dialogar, porque “no están acostumbrados”. Escucharon los planteamientos de los socios y contestaron con un claro “la relación con los inquilinos viene definida por el contrato firmado”, lo que, a juicio de Hernando, supone que no están dispuestos a modificar los alquileres. Por ello, y por la presencia del abogado y el ataque al que se sintieron sometidos, se levantaron de la reunión.

“La relación con el inquilino viene definida por el contrato firmado”

Las rentas que se pagan en los edificios construidos por la Fundación Benéfica rondan los 300 y los 450 euros. Es verdad que algunas viviendas, por ejemplo en Zatorre, pagan 150 o 200 euros, pero no lo es menos que son edificios sin ascensor, sin calefacción y con muchas humedades. Para estos y para otros muchos, los inquilinos presentan solicitudes de arreglo pero no siempre se tienen en cuenta. Además, cuando se hacen obras, como reformas en el tejado o en las fachadas, parte del coste se repercute en los socios, aunque los edificios son propiedad de la Fundación.

Javier Hernando entiende que, de acuerdo a la Ley, se tengan que hacer cargo de algunos gastos, pero no es lógico que asuman aquellos que le corresponderían exclusivamente al propietario, dado que suponen una mejora de su inmueble. La crítica que realiza este portavoz de los socios es que la  Fundación Benéfica está buscando hacer negocio, obviando el fin social para el que fue creada.La constructora tenía que edificar bloques de viviendas para obreros, personas con escasos recursos, y para ello contaban con los solares que fueron donados altruistamente por ciudadanos burgaleses exclusivamente para ese fin, no para que se hiciera negocio con las viviendas.

Seguirán las movilizaciones

“Se construyeron en solares donados por ciudadanos para que se hicieran casas para los obreros”

Los socios no van a parar en sus reivindicaciones. Se convocará una reunión en próximas fechas, siempre y cuando encuentren local donde celebrarla, ya que acusan a la Fundación Benéfica de utilizar su influencia en la ciudad (a través de Caja Círculo) para impedir que se les ceda un espacio en el que se reunirse. Allí se les explicará qué ocurrió en la cita con los directivos y se tomará una decisión sobre qué medidas llevar a cabo en el futuro, pero está claro que, si no les gustó la concentración de hace 15 días, esta podría ser una buena acción para repetir.

La Fundación Benéfica del Círculo Católico de Obreros cuenta con 817 viviendas repartidas en edificios de Zatorre, Fuentecillas, Villímar, Sagrada Familia y Antonio de Cabezón. No todos los inquilinos forman parte de este colectivo de protesta, recuerda Javier Hernando, pero se han llegado a reunir hasta 500 de ellos, en las diferentes citas convocadas. Allí también se ha llevado a cabo la elección de los portavoces o interlocutores, que son los que están gestionando las reuniones con la directiva de la Fundación Benéfica.