Honor y gloria del Duque de Lerma en la consagración de la Colegiata de San Pedro

La villa ha recreado la traslación del Santíssimo Sacramento, acto central de la inauguración de San Pedro como colegiata

La procesión ha recorrido las calles del centro, con parada en los altares efímeros, amenizados con bailes y músicas barrocos

Los lermeños han superado con éxito el último de los retos, cerrando a lo grande el IV centenario del Complejo Monumental

Honor y gloria del Duque de Lerma en la consagración de la Colegiata de San Pedro La Plaza Mayor ha sido uno de los escenarios principales de la recreación. PCR

El cronista Pedro de Herrera ha servido de guía en el último viaje en el tiempo disfrutado en Lerma. En la soleada mañana de este domingo de octubre, la Villa Ducal ha regresado al siglo XVII, y por sus calles han vuelto a pasear Francisco de Sandoval y Rojas, el rey Felipe III, la Corte Real y una notable representación de nobles y autoridades eclesiásticas del reino de España. El Santíssimo Sacramento se ha trasladado a la Colegiata de San Pedro, recordando aquel glorioso 7 de octubre de 1617 en el que el templo se inauguró, consagrado como iglesia colegial.

El esfuerzo de los lermeños, que llevan meses trabajando en esta gran recreación histórica, último plato fuerte del programa conmemorativo del cuatrocientos aniversario del Complejo Monumental (Palacio Ducal y Colegiata), ha merecido la pena. Han recordado su poderoso pasado, cuando Lerma era una de las villas más importantes de Europa, en el campo político y también en el religioso, gracias a Francisco de Sandoval y Rojas. El duque hizo de la villa su fuerte, y la inauguración de la Colegiata fue un acto más de demostración de su poder.

Felipe III ha asistido al acto de inauguración, muestra de poder de Sandoval y Rojas

La recreación del acontecimiento histórico ha partido de la Plaza de Santa Clara, inicio de la procesión de traslación del Santíssimo Sacramento desde el Convento de la Ascensión al templo de San Pedro. Encabezándola, los pendones de las villas de la comarca y la cruces parroquiales. Tras ellos, frailes y monjas y autoridades eclesiásticas. Bajo palio, la custodia, portada por el abad pontificado, y precedida por el Duque de Lerma, quien han disfrutado de la admiración y el reconocimiento de cientos de lermeños.

De la Plaza de Santa Clara a la Plaza Mayor, donde se han instalado cuatro altares efímeros del siglo XVII, ante los que se ha hecho parada de oficio, acompañada por una acción algo más lúdica. Se han recreado bailes barrocos y se han interpretado músicas de la época. También Góngora y Quevedo han deleitado con un recital de poesía religiosa. Y, cumplidas las primeras obligaciones religiosas, la comitiva se ha dirigido a la Colegiata de San Pedro, para proceder a su inauguración, con bendición incluida.

Al abrigo de Roma

Tres años y medio se tardó en construir el nuevo templo, sobre la base de la iglesia preexistente, y fue gracias al trabajo de más de 1.000 almas, de obreros y peones, ha recordado el arquitecto durante su intervención, ya en el interior de la Colegiata. Las obras arrancaron un 28 de mayo de 1614, impulsadas por los Sandoval y Rojas, y concluyeron pocos días antes del 7 de octubre de 1617. El abad Pedro de Valdivielso ha leído la bula apostólica del papa Pablo V que otorgó el título de colegiata a San Pedro, protegida por la sede de Roma y libre del poder del Arzobispado de Burgos.

El papa Pablo V emitió la bula apostólica que convirtió San Pedro en una colegiata

El Duque se comprometió a entregar 2.000 ducados anuales, 1.700 destinados para la misas capitular, y así lo siguió haciendo aun cuando cayó en desgracia. Pedro de Herrera ha recordado que, solo un año después del gran acto de Lerma, Francisco de Sandoval y Rojas perdió el favor del rey “víctima de los entresijos de la Corte”. Lerma también fue perdiendo brillo, pero nadie le quitará ya su época dorada, su Palacio Ducal hoy convertido en Parador de Turismo, y su templo de San Pedro, aunque ya no sea colegiata.

La recreación de la traslación del Santíssimo Sacramento e inauguración de la Colegiata de San Pedro ha sido el último gran acto del programa conmemorativo del cuatrocientos aniversario del Complejo Monumental. Eso sí, se puede considerar un proyecto piloto que se consolidará como iniciativa permanente en el calendario festivo de la villa. Se ha contado con la participación de más de 200 lermeños, liderados por la Asociación Cultural El Arco, el Ayuntamiento y la parroquia. Las voces las han puesto los actores de La Hormiga y El Duende de Lerma.

                                                                     Fotografías realizadas por Patricia Carro