La científica Marian Mellén defiende empoderar a la mujer frente a los prejuicios de la maternidad

La microbióloga reconoce que no había encontrado barreras profesionales hasta que decidió ser madre

La sociedad sume que la carrera de una científica ha acabado porque “no le interesa” o no podrá compatibilizarla

Mellén no se considera un cerebro fugado pero reclama oportunidades para recuperar el talento emigrado

La científica Marian Mellén defiende empoderar a la mujer frente a los prejuicios de la maternidad Marian Mellén. PCR

De no comprender el concepto empoderamiento de la mujer a defenderlo casi con uñas y dientes. La microbióloga Marian Mellén, investigadora de la Universidad Rockfeller de Nueva York, reconoce que la maternidad cambió radicalmente su perspectiva ante la igualdad de género. O sería más justo decir que fueron los prejuicios que soporta la sociedad sobre la mujer los que acabaron enfrentándola a una realidad desconocida e inesperada, y lo que ha hecho que vea “clarísima” la necesidad de ese empoderamiento.

Del blanco al negro. Dos años atrás, la científica nacida en Vitoria hace 34 años “no comprendía muy bien qué era eso del empoderamiento de la mujer”, ha reconocido con motivo de su participación el programa Stem Talent Girl. En España había trabajado con mujeres, y en Estados Unidos lo estaba haciendo con hombres. “Nunca nadie me había puesto una barrera” ni había sufrido acoso alguno. Se llevaba estupendamente con sus compañeros y, aparentemente, aquello de la igualdad de género estaba más que superado.

Las mujeres son las primeras que deben asumir que su carrera no acaba con la maternidad

Sin embargo, llegó el momento de decidir ser madre y… “la cosa cambió radicalmente, y me asusté”, ha explicado. La sociedad asumió inmediatamente que su carrera profesional como microbióloga había terminado, que su nueva responsabilidad le haría imposible continuar trabajando o, incluso, “que ya no estás interesada en la ciencia”. Mellén ha reconocido que llegó a plantearse dejarlo todo, pero “sigue fascinada y emocionada” con su trabajo, así que ahora dos años y medios después volverá “con la misma energía que antes”.

Eso sí, se ha producido un gran cambio. Ahora “tengo clarísimo que necesitamos un empoderamiento”, y que también son las mujeres las que deben convencerse de que ser madres no es un obstáculo en su carrera profesional. Obviamente, se requiere de una “ayuda real”, de programas de asistencia y conciliación, ha apuntado. De este modo, Mellén reconoce que un par de años atrás habría afirmado sin dudarlo que “las mujeres son igual de competitivas, que les dan las mismas oportunidades”, pero ahora ya no. “La gente deja de confiar en ti cuando eres madre”.

Nada de cerebro fugado

Marian Mellén ha ofrecido una charla, en el Museo de la Evolución Humana, destinada a estudiantes de tercero y cuarto de ESO, a las que se presentan modelos de mujeres líderes en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas. Se trata de mostrar que las disciplinas Stem están abiertas también al género femenino. La microbióloga también ha explicado su experiencia profesional, dentro y fuera de España, y ha reconocido que no es un cerebro fugado, porque se fue de España por decisión propia.

Salir al extranjero es “recomendable”, el problema radica en la dificultad para volver

En el mundo de la ciencia, “poca gente se va forzada”. Salir al exterior es parte de la formación, “siempre lo ha sido y es muy recomendable y beneficioso”. Sin embargo, el problema está ahora en la verdadera dificultad para volver, si así se quiere. No existen oportunidades reales, y el talento se está acumulando fuera. De ahí que haga un llamamiento a la sociedad española para que se mentalice de que no recuperar ese talento supone mucho más que una inversión sin retorno, es un paso atrás en el mundo de la ciencia y la competitividad internacional.

La científica española trabaja en el laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Rockfeller de Nueva York y, como profesional de la microbiología, tiene claro que el siguiente avance científico que cambiará el curso de la humanidad será la edición del genoma humano. La posibilidad de modificar un gen de forma sencilla y crónica permitirá erradicar enfermedades, como un cáncer o patologías neurológicas, o evitar una discapacidad. Eso sí, existen numerosos condicionantes éticos y el riesgo de superar la edición genética hacia la manipulación.

Por ese motivo, Mellén ve en la epigenética una gran alternativa. Se trata no tanto de modificar el gen en sí mismo, sino de actuar en la interpretación del gen. La epigenética influye en cómo se expresa y se comprende el mensaje más que en el mensaje en sí mismo, ha explicado, por lo que cualquier alteración no es hereditaria. Además, existen variantes de la edición genética menos dañinas, que se están probando ya en laboratorio, y que se convertirán en una realidad a no mucho tardar, ha asegurado.