Las metodologías de enseñanza abiertas y participativas mejoran el aprendizaje

Un profesor de la UBU y otro de la Universidad de León promueven un estudio que ratifica que las metodologías de enseñanza tradicionales han perdido potencial

En el estudio han participado 241 estudiantes del Grado de Infantil y Primaria

Las metodologías de enseñanza abiertas y participativas mejoran el aprendizaje

Doscientos cuarenta y un alumnos de la Universidad de Burgos del Grado de Primaria e infantil han participado en un estudio promovido por los profesores de la UBU David Hortigüela Alcalá y de la Universidad de León Ángel Pérez Pueyo y que ha servido para revelar cómo las nuevas metodologías docentes permiten mejorar el aprendizaje y cómo los sistemas de enseñanza tradicionales ya no conexionan con los intereses de los estudiantes.

Hortigüela mantiene abiertas varias investigaciones en torno a la educación

El estudio, denominado ‘Influencia de la regulación del trabajo del alumnado universitario en la implicación hacia las tareas’, sometió a los alumnos a un programa de evaluación formativa y compartida, teniendo el objetivo de mejorar el modelo metodológico y de generar un aprendizaje sólido, útil y transferible. Además, esta investigación confirma la trascendencia de la formación permanente del profesorado en la construcción de pautas y protocolos de actuación en el aula que permitan generar una responsabilidad y autonomía en la adquisición de las competencias profesionales del estudiante.

El estudio demuestra que la metodología empleada por el docente en el ámbito universitario, en concreto, prácticas asociadas a la regulación del trabajo de manera autónoma y a la coevaluación y autoevaluación a lo largo del proceso, repercute significativamente en la implicación del discente hacia el aprendizaje. Esto favorece su motivación en la asignatura y su metaaprendizaje, respecto a aquellos grupos que reciben mayoritariamente lecciones magistrales y escasamente se les implica en su evaluación o en la toma de decisiones sobre la misma. 

Durante la investigación, los alumnos se dividieron en dos grupos, cada uno con un enfoque pedagógico y una metodología diferente. En el primero se empleó un sistema de enseñanza innovador y en el segundo grupo se utilizó la metodología tradicional de enseñanza. Al finalizar la asignatura, los estudiantes del primer grupo manifestaron una mayor implicación hacia el trabajo y valoraron muy positivamente la experiencia, mientras que en el otro grupo no se generó el impacto de motivación necesario, demostrando que el modelo tradicional de recogida de apuntes y su memorización, que todavía sigue imperando en la mayoría de aulas universitarias, no es una buena práctica educativa. Por ello, es necesario reflexionar sobre el rol trascendental que desempeñan otras metodologías de carácter abierto y participativo.

El profesor de la Facultad de Educación de la UBU David Hortigüela Alcalá afirma que en los últimos diez años se ha producido un cambio en los intereses de los alumnos que conlleva inexorablemente a una transformación en la metodología empleada por los profesores. A su juicio, los sistemas tradicionales de enseñanza han perdido gran parte de su validez, debido a la facilidad actual que existe para acceder a la información y a los cambios socioculturales imperantes. Además, recuerda los desafíos y la influencia de las TIC, los valores y el ámbito emocional, y como consecuencia su inclusión en la práctica educativa.

Motivación

Para el profesor Hortigüela -en cuanto a la parte cualitativa- su investigación arroja percepciones diferentes entre el profesor del grupo experimental y el formador más tradicional “control”. El primero expone la importancia de plantear la asignatura bajo metodologías que impliquen activamente al alumnado, mientras que el de control argumenta que esto no es relevante, ya que lo importante es que el estudiante quiera aprender, y para ello ya tiene que venir motivado a la universidad.

Hortigüela es un firme defensor de las prácticas asociadas a la regulación del trabajo de manera autónoma, así como de la coevaluación y autoevaluación a lo largo del proceso, lo que repercute favorablemente en la implicación del alumno hacia el aprendizaje. “Esto favorece su motivación en la asignatura y su metaaprendizaje, respecto a aquellos grupos que únicamente reciben lecciones magistrales y escasamente se les implica en su evaluación ni en la toma de decisiones”. 

Son muchas las investigaciones que el profesor Hortigüela tiene abiertas con investigadores de la UBU y de otros centros universitarios, siendo este uno de los más de 20 estudios y proyectos de investigación concluidos o en marcha de este profesor de la Universidad de Burgos. Este profesor, que dirige el grupo de innovación TICEF, forma parte del grupo de investigación de EDINTEC, dirigido por la profesora de la Universidad de Burgos Raquel Casado, IFAHE de la Universidad de León y el grupo Actitudes que desarrolla, entre otros, el Proyecto INCOBA, una propuesta de intervención educativa que describe detalladamente los pasos necesarios para desarrollar y mejorar las enseñanzas en los centros.