Y 32 años después, Burgos cerró su circunvalación

El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, inaugura el último de los tramos de la BU-30, situado entre Villalbilla y Quintanadueñas

Con su apertura se cierra por fin el anillo de circunvalación de la capital provincial

Supone una mejora directa de los accesos al polígono de Villalonquéjar

Y 32 años después, Burgos cerró su circunvalación Las obras afectarán al último tramo abierto. GIT

El anillo está al fin completo. El nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha inaugurado hoy el último de los tramos de la circunvalación de Burgos, cuya puesta en servicio entre Quintanadueñas y Villalbilla permite poner punto y final a un proyecto que nació hace casi cuatro décadas y que ha tenido que ir salvando escollos, crisis y problemas varios para completarse. Así lo ha reconocido el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, que ha recordado que el primero de los tramos de la circunvalación, el situado entre el Nudo Landa y el peaje de la AP-1 en Castañares, entró en servicio allá por 1984 con motivo de la apertura de la propia autopista.

El primer tramo de la circunvalación se puso en servicio en 1984

Desde entonces, los sucesivos Gobiernos han ido dando pasos, algunos más en firme que otros, con el objetivo de cerrar el anillo de circunvalación de la capital provincial y dar así respuesta a las necesidades circulatorias que presenta un nudo de comunicaciones como Burgos. Primero llegó el tramo entre el Nudo Landa y Villagonzalo, que se abrió en 1990 aprovechando la inauguración de la A-62. 16 años después, con la apertura de la A-231, también se habilitó el tramo entre Villagonzalo y Villalbilla, mientras se comenzaba a desarrollar la mitad norte.

En este caso, los problemas presupuestarios se aliaron con las dificultades técnicas que se encontraron los operarios a la hora de levantar los túneles de Villatoro, lo que motivó un nuevo retraso que consiguió superarse para que la anterior ministra de Fomento, Ana Pastor, inaugurara el tramo entre Villímar y Quintanaduieñas el año pasado. Entonces, Pastor comprometió el final de las obras en verano de este año. Finalmente, dicha previsión se ha incumplido, pero por ‘apenas’ medio año de diferencia y hoy, la circunvalación ya es una realidad.

82 millones de euros

Para conseguirlo, el Ministerio de Fomento ha tenido que invertir algo más de 82 millones de euros. Sólo en las expropiaciones, la Administración Central tuvo que desembolsar en su día 4,8 millones, que se suman a los 1,6, destinados al control de la obra, a los 693.000 euros destinados a la redacción del proyecto y, sobre todo, a los 74,8 millones que ha costado la ejecución material de los trabajos.

Con toda esa inversión se ha acometido un tramo de 9 kilómetros dotado de todas las características propias de una autovía, esto es, doble sentido de circulación con dos carriles por sentido y sendos arcenes de 1 y 2,5 metros de anchura respectivamente. Además, se ha ejecutado la conexión de la circunvalación con la A-231 en ambos sentidos, así como varias superestructuras. Una de las más características es un viaducto de 740 metros de longitud que permite superar el Arlanzón. También se han levantado sendos viaductos para superar el Ubierna y el cauce molinar y se ha ejecutado un muro de escollera en la zona de erosión del río. Aprovechando los trabajos, además, se ha procedido a reparar diferentes vías pecuarias y el trazado del Camino de Santiago, que se cruza con la infraestructura.

Doble valor

Con todo, la puesta en marcha de este último tramo supone un doble motivo de alegría para Burgos. Y es que, al margen de poder culminar así el anillo de circunvalación y evitar que parte del tráfico que atraviesa actualmente la ciudad siga circulando por el casco urbano, se trata del tramo con mayores intereses económicos de cuantos se habían levantado hasta ahora. No en vano, supone el acceso directo al polígono industrial de Villalonquéjar, y las comunicaciones por carretera son una pieza clave de todo el rompecabezas industrial.

En este sentido, De la Serna ha valorado la infraestructura, asegurando que “alrededor de 9.000 vehículos al día” podrán beneficiarse de ella, canalizando así mejor los flujos circulatorios y poniendo unas “condiciones óptimas” para la implantación de nuevos proyectos empresariales en el polígono.