70 funcionarios vigilan el interior de la prisión cuando deberían ser un mínimo de 90

Los funcionarios responden a las movilizaciones convocadas por los sindicatos para demandar que se cubran las plazas vacantes

Se cuenta con una media de 15 trabajadores por turno, lo mínimo que permite la ley, para controlar a 450 internos

En los dos próximos años, si no se cubren las jubilaciones, esos 70 funcionarios se reducirían a poco más de 50

70 funcionarios vigilan el interior de la prisión cuando deberían ser un mínimo de 90 José María Arribas, subdelegado del Gobierno, y Luis Carlos Antón, director del Centro. PCR

No reclaman ni salarios más altos, ni un mayor número de días de libranza ni ninguna otra mejora de sus condiciones laborales. Los funcionarios del Centro Penitenciario de Burgos sólo piden más personal. Tampoco se trata de que se incremente la Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Es cuestión simplemente de que cumpla y se cubran las plazas “desiertas”. Y es que Instituciones Penitencias lleva años sin convocar plazas suficientes como para cubrir las necesidades en toda España, por lo que las jubilaciones van dando paso a vacantes, poniendo en una situación complicada a la mayor parte de las prisiones españolas, pero en estado “crítico” a la de Burgos.

En estos momentos, un 30 por ciento de la plantilla está sin cubrir, lo que afecta sobre todo a funcionarios de vigilancia interna. Mientras en la RPT se recoge que los funcionarios de contacto directo con los presos deberían ser 90, se está trabajando con 70, a tres turnos que se compatibilizan con los correspondientes días de descanso, así que “malamente cubrimos los servicios”. Es el comentario de Jesús Gil, representante de la plataforma sindical que ha organizado las movilizaciones de este mes de diciembre y que está compuesta por UGT, CC.OO, CSIF, ACAIP y APFP.

Falta un 30 por ciento de la plantilla por cubrir

Gil asegura que vienen trabajando 15 funcionarios por turno, el mínimo que exige la Ley. 15 funcionarios para 450 internos, insiste. Y es que las cuentas que se echan desde la Subdelegación del Gobierno no suelen cuadrar con al realidad. Cuando se habla de que “tocan” a dos internos por funcionarios no se dice que el cálculo se hace sobre la base de los 200 trabajadores del centro penitenciario, explica Gil, entre los que se encuentran médicos, educadores sociales, personal de oficina…. Realmente, los que están en contacto directo con los internos son 70 funcionarios.

Un número tan escaso que dificulta mucho la conciliación de la vida laboral y familiar y el disfrute de los días de descanso, comenta el representante sindical. Y eso que el índice de bajas laborales es mínimo, que ronda el 3 por ciento, y los funcionarios van a trabajar casi como sea para evitar que los compañeros tengan que doblar servicios, insiste Gil. Sin embargo, “con esfuerzo y buena voluntad no es suficiente”, sobre todo en un centro como el de Burgos, que por ser de los más antiguos tiene unas “peculiaridades” que dificultan el trabajo diario de los funcionarios.

Jubilaciones

Y esa situación tan precaria hay que sumarle un futuro “desolador”, comenta Gil. La edad media de la plantilla es de 55 años y a partir de los 57 los funcionarios de vigilancia interna pueden solicitar la segunda actividad, que consiste en pasar un puesto de oficina. Las plazas que se han ido quedando vacantes en los últimos años no se han cubierto, insiste Gil, y para 2016 siete trabajadores podrían solicitar esa segunda actividad. Otros 10, en 2017.  Es decir, en un par de años los actuales 70 funcionarios se podrían quedar en poco más de 50, teniendo en cuenta que de ellos 6 están en comisión de servicios, otros 3 en prácticas…

Por todo ello, los funcionarios del Centro Penitenciario de Burgos han llevado a cabo varias movilizaciones en el mes de diciembre. No forman parte de las medidas de protesta que se han organizado en el ámbito nacional, puesto que la situación de Burgos es especialmente “crítica”. Gil recuerda que si bien los problemas de personal son una norma en las instituciones penitenciarias de nuestro país, en cárceles como la de Burgos o la de Cáceres se está “al borde del colapso”. Los funcionarios han respondido muy bien a las movilizaciones, asegura Gil, así que se retomarán a la vuelva de Navidades.