El misterio del OVNI de Quintanaortuño aún sin esclarecer

Hoy se cumplen 40 años del avistamiento de un supuesto ovni en Quintanaortuño documentado por cuatro soldados que regresaban a Burgos de madrugada

El Ejército trató de silenciar los hechos pero sus informes se contradecían

Los papeles confidenciales, hoy desclasificados, muestran que el misterio continúa

Documento 1

Bar Lotus, de Torrelavega (Cantabria). Manuel Aguera, Ricardo Iglesias y Felipe Sánchez quedan para regresar a Burgos donde cumplen el Servicio Militar, en concreto en la Academia de Ingenieros. Es un 1 de enero de 1975. Son las 4.31 horas. El Mini 850 de color blanco les espera a la puerta de la taberna. Se montan en el vehículo y emprenden camino. Conduce Aguera. Se detienen media hora después en Ontaneda. Allí les espera José Laso. Y retoman el camino a Burgos.

Cruzan El Escudo y se adentran en la provincia de Burgos desconociendo que esa noche quedará marcada a fuego en su memoria. Ya en el puerto, Manuel Aguera ve unas extrañas luces, como una estrella muy brillante, pero no le da mucha más importancia. Luego se descubrirá que no fue el único que las vio.

Documento 1

Documento 1

Los pasajeros del asiento de atrás están adormilados cuando atraviesan el Páramo de Masa. El descenso desde esa estepa, en la que arrecia el frío a esa hora de la madrugada, es rápido. Son las 6.25 del 1 de enero. Aguera se da cuenta de que una estrella empieza a brillar mucho… de manera casi antinatural. Detiene el Mini y avisa a sus compañeros de lo que está observando. Todos ellos pudieron ver cómo descendía de los cielos una supuesta nave de origen extraterrestre y se posaba, o al menos levitaba, sobre el triángulo que forman las carreteras de Santander y Villarcayo. Esa potente luz, posteriormente, se multiplicaba hasta formar tres elementos luminosos más; cuatro en total.

Los soldados Aguera, Laso, Iglesias y Sánchez regresaban a Burgos, sede entonces de la VI Región Militar, para incorporarse a sus quehaceres militares el 1 de enero. A pocos kilómetros de la capital, ese suceso congeló la sangre de los cuatro hombres y marcó su vida. A la altura del cruce de las carreteras de Santander y la vieja vía a Bilbao por Villarcayo vieron algo que les estremeció. Un extraño objeto tronco cónico de cuatro metros levitaba sobre la tierra. El plano (Documento 1) que se muestra fue dibujado por los propios militares unos días después de los hechos.

Lo cierto es que lo ocurrido hace hoy 40 años en Quintanaortuño sigue siendo un verdadero misterio. Y más aún por el silencio oficial que siguió a los hechos. El Estado Mayor Central, quince días después de la supuesta aparición ovni, emitió un informe confidencial que hoy ya está desclasificado.

Documento 2

Documento 2

El documento dice de manera textual que el “día 1 de enero de 1975 a las 6,30 horas y viniendo a incorporarse a su destino después de disfrutar del permiso oficial, los soldados (aparecen los nombres borrados) que viajaban en un Mini 850 vieron aproximadamente a unos 500 metros al oeste del kilómetro 14 de la carretera Burgos a Santander (zona comprendida en el triángulo que forman el kilómetro 14 carretera Burgos a Santander punto de cruce de dicha carretera con la de Villarcayo y kilómetro 14 de la carretera a Villarcayo) cómo una nave en forma de tronco de cono muy achatado con una luz fortísima de color blanco-amarillento aterrizaba o quedaba en suspensión a unos pocos metros del suelo, ante tal visión rara ya que no hizo ningún ruido y fue grande la velocidad en el descenso, los ocupantes del vehículo pararon bajándose del coche con idea de aproximarse para verlo de cerca, una vez descendidos del coche vieron cómo se apagaban las luces de este primer vehículo y se encendían de forma sucesiva hasta cuatro, estando encendidas las cuatro aproximadamente dos minutos; estas luces potentísimas que irradiaban hacia el suelo estaban distanciadas entre sí unos metros, no sabiendo decir si de este primer OVNI salieron los otros tres o fueron descendiendo cada uno de ellos de una forma parabólica del primero; presos de nerviosismo y temor optaron por montarse de nuevo en el coche y reemprender rapidísimamente la marcha a su destino ya que el tiempo para su incorporación oficial estaba muy cercana.- Afirman también que otro vehículo automóvil que iba detrás de ellos paró asimismo a una distancia aproximada de 1 kilómetro y otro vehículo automóvil que venía en dirección Villarcayo-Burgos, también paró y que a juicio de ellos fue el que mejor pudo ver este fenómeno. Villafría, 15 de enero de 1975. EL TTE. CORONEL COMANDANTE MILITAR AÉREO”. (Documento 2)

Los primeros periodistas que acudieron a la zona fueron, un día después, un joven Pedro J. Ramírez y el investigador burgalés Ricardo Blanco, que por entonces realizaba su labor profesional en Radio Popular de Burgos. Ellos pudieron comprobar en primera persona el misterio en el propio lugar donde los militares aseguran que vieron la nave. Comprobaron que la superficie sobre la que se posó el ovni estaba calcinada; el suelo y el subsuelo quemados en más de 300 metros cuadrados. ¿Qué había pasado allí? Consultados los labradores de la zona, los técnicos, los entendidos… nadie supo dar cuenta de qué pasó. ¿Qué aparato técnico pudo llegar a quemar una tierra helada?

Interrogatorios

Documento 3

Documento 3

Los militares fueron sometidos días después a rigurosísimos interrogatorios, hoy también desclasificados, incluso con detectores de mentiras, a fin de esclarecer lo que ocurrió. Los cuatro manifestaron exactamente lo mismo. Sin embargo, el Ejército silenció los acontecimientos de esta manera: “… el Informador, por medio de avioneta de que dispone el Aeródromo Militar, voló la zona indicada, observando que se trata de un terreno llano, totalmente parcelado en eras pequeñas bien cuidadas, tractores trabajando en la zona, sin poder ver ni observar señal alguna de aparcamiento ni roces en el terreno que llamaran su atención, ni ningún aparato o signo externo que indique la toma de tierra o parada de ningún elemento extraño, que forzosamente no hubiera pasado desapercibido al Informador”. (Documento 3).

El 9 de enero de ese año, hierven los teletipos. Ante el eco que había tenido el extraño suceso entre la opinión pública, la Capitanía General de la VI Región Militar se vio obligado a emitir una nota (Documento 4).

Villarcayo y Solarana

Notas informativas del suceso

Notas informativas del suceso

Aguera no fue el único en divisar una luz extraña cuando el Mini 850 franqueaba el paso de El Escudo. Ese día, unos cazadores furtivos que intentaban abatir piezas en las cercanías de Villarcayo pudieron observar el mismo fenómeno que los militares vieron sólo unas horas después. Insólito.Pero ahí no acaba el misterio, ni mucho menos. El 2 de enero de 1975, unas pocas horas después del fenómeno paranormal de Quintanaortuño, el vecino de Solarana Carlos Izquierdo alerta a la Guardia Civil que durante unos minutos sufre la persecución por parte de un objeto volador de tres metros de altura y de forma tronco cónica. Los mismos objetos que vieron los furtivos de Villarcayo y los soldados en Quintanaortuño.

Pero más extraño aún si cabe. El 2 de enero, esa misma supuesta nave u otra, entraba en terreno militar en el campo de tiro de Bardenas Reales, al sur de Navarra. Del hecho también hay testigos y fue calificado casi de un atentado contra bases militares.

Cuarenta años después de aquel incidente y, a pesar del informe de 22 folios, el Ejército no ha dado cuenta real de lo ocurrido y ha tratado de dar carpetazo a un acontecimiento que aún es un misterio.