La UE cuestiona la viabilidad a largo plazo del Aeropuerto de Burgos

Tribunal de Cuentas asegura que la infraestructura no se planeó de manera adecuada y está muy próxima a otras similares

Duda de que pueda autosuficiente a largo plazo, debido al bajo número de viajeros y la escasa oferta de vuelos

Un informe analiza el resultado de las inversiones europeas en 20 aeropuertos de España, Polonia, Estonia, Grecia e Italia

La UE cuestiona la viabilidad a largo plazo del Aeropuerto de Burgos El Aeropuerto de Burgos está infrautilizado, según UE. GIT

El Aeropuerto de Burgos no es rentable, ni siquiera es autosuficiente. Es muy probable que las inversiones realizadas nunca se recuperen, debido al escaso número de viajeros, a la reducida oferta de vuelos y la falta de una clara estrategia. Además, los pasajeros del área de influencia cuentan con hasta cinco alternativas en un radio inferior a las dos horas de viaje. No ha tenido ningún impacto positivo ni en la economía local ni en la regional. En definitiva, la gran infraestructura aérea no fue planeada de manera adecuada y, para rizar el rizo, puede que ni siquiera fuera necesaria.

“La UE deberá financiar sólo aeropuertos que sean rentables y que realmente lo necesiten”

Son las principales conclusiones que se desprenden del último informe del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea, que analiza las inversiones realizadas por la Unión Europea en diferentes aeropuertos, examinando si eran realmente necesarias, cuál ha sido el resultado de las mismas, y si las nuevas infraestructuras se están utilizando plenamente. La auditoria se ha realizado sobre 20 aeropuertos de España, Polonia, Estonia, Grecia e Italia. En el caso de nuestro país se han estudiado los de Burgos, Fuenteventura, Madrid-Barajas, Vigo, Murcia, La Palma, Badajoz y Córdoba.

El informe pone de manifiesto que la mayor parte de las inversiones financiadas por la UE no generaron los resultados esperados y fueron poco rentables. Además, en muchos casos las infraestructuras están infrautilizadas o prácticamente sin uso, y es muy poco probable que den beneficios a largo plazo. Las causas de esta situación se encuentran, fundamentalmente, en que en todos los países analizados falta una estrategia de desarrollo aeroportuario a largo plazo, de ahí que se construyan terminales muy próximas entre sí, demasiado grandes para el volumen de viajeros o sin un objetivo concreto.

Burgos, como (mal) ejemplo

El Tribunal de Cuentas pone a Burgos como ejemplo de los problemas que se derivan de la construcción de un aeropuerto pequeño en el ámbito regional. Recibió unos 191.600 euros de fondos europeos entre 2007 y 2008, y lleva unos 30 millones de euros de pérdidas acumuladas. El número de pasajeros es reducido (18.009 en 2013) y el 90 por ciento de los vuelos comerciales tiene un único destino, que es Barcelona. Según el informe, el Aeropuerto de Burgos “tiene un alto riesgo de seguir siendo no autosuficiente”, y es que sus potenciales pasajeros cuentan con otras alternativas.

“En el caso de Burgos, no es probable que las inversiones se recuperen”

En concreto, a menos de dos horas de viaje están Bilbao, León, Logroño, Valladolid y Vitoria, mientras que a poco más de dos horas se encuentran también Pamplona, Santander y San Sebastián. El coste de cada nuevo pasajero es tan elevado que, según el informe, es poco probable que se recuperen las inversiones realizadas, y es que las previsiones de viajeros eran demasiado optimistas. La conclusión a la que llega el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea es que el Aeropuerto de Burgos no se planeó correctamente y que, incluso, no era necesario.

El informe plantea que, tanto la Comisión Europea como los estados miembros, “deberán mejorar el modo en el que invierten en nuestros aeropuertos, financiando sólo aquellos que sean rentables y que realmente necesiten las inversiones”. Además, considera que en cualquier inversión debe quedar perfectamente justificado que los beneficios económicos y sociales de la misma superan al coste económico. Para España, y el resto de países analizados, les recomienda que elaboren un plan estratégico que coordine las actuaciones en materia aérea para los próximos años.