El director de la prisión niega sustitución de Guardia Civil por seguridad privada

Luis Carlos Antón asegura que los nuevos vigilantes serán un complemento a los agentes de las Fuerzas de Seguridad

Burgos contará con entre 15 y 20 profesionales, pero no se producirá una reducción de la presencia de la Guardia Civil

AUGC ha denunciado la privatización de la seguridad en las cárceles, avisando de futuros traslados forzosos de agentes

El director de la prisión niega sustitución de Guardia Civil por seguridad privada Arribas y Antón, minutos antes de la celebración. PCR

La llegada de vigilantes de seguridad privada al Centro Penitenciario de Burgos no va a suponer en ningún caso una reducción de la presencia de la Guardia Civil ni la sustitución de los agentes por los nuevos profesionales. El director de la cárcel, Luis Carlos Antón, niega las críticas vertidas por diferentes organizaciones profesionales, entre ellas la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), sobre el proyecto gubernamental de contratar empresas de seguridad privada para la realización de tareas de vigilancia, control de accesos y de circuito cerrado de televisión.

Antón ha asegurado, durante la celebración de la Festividad de la Merced, patrona de instituciones penitenciarias, que “no hay sustitución”, sino que la llegada de seguridad privada “es un complemento a la Guardia Civil”. Ni se va a sustituir a agentes del cuerpo por vigilantes privados ni existe ningún tipo de orden ministerial dirigida a reducir su presencia en las cárceles españolas, tal y como han denunciado desde la AUGC. A principios de octubre llegarán entre 15 y 20 nuevos profesionales, aunque la cifra concreta aún está por determinar por Securitas, la empresa encargada del contrato.

“No hay sustitución, es un complemento a la Guardia Civil. No se va a sustituir a nadie”

El director del centro penitenciario no valora la decisión tomada por el Gobierno Central de incorporar seguridad privada a las cárceles, en lugar de apostar por abrir una Oferta Pública de Empleo para guardias civiles. Desde la AUGC han insistido, en reiteradas ocasiones, que los nuevos vigilantes se harán cargo de responsabilidades que hasta ahora eran de la Guardia Civil y la Policía Nacional, lo que en la práctica supondrá una reducción de los efectivos de ambos cuerpos, con traslados “forzosos y encubiertos”.

Y es que los agentes no sólo trabajan en la cárcel, sino que realizan labores similares en Subdelegación del Gobierno, Comandancia de la Guardia Civil y cuarteles, además de en el Aeropuerto y la Fábrica de la Moneda, de manera esporádica. Para la Asociación Unificada de Guardias Civiles se está ante los primeros pasos para privatizar la seguridad en los centros penitenciarios, una vez el Consejo de Ministros aprobase el pasado 30 de mayo la contratación de empresas de seguridad privada, consolidando un proyecto piloto iniciado el pasado año en 21 centros. Ahora se incorporarán 800 vigilantes, con un coste de 33 millones de euros.

Sin superpoblación

“Estamos muy bien. No es verdad que haya superpoblación”

Por otra parte, el director del Centro Penitenciario de Burgos asegura que “estamos bien”, negando también las críticas de algunos sindicatos, que aseguran que hay más internos de los que puede acoger. Luis Carlos Antón ha explicado que se cuenta con 450 reclusos, y que en los nueve meses que él lleva como máximo responsable del centro, se ha producido una reducción de unos 25. La cárcel de Burgos no está superpoblada, habiéndose mejorado sustancialmente en los últimos años la situación, puesto que no hace mucho se contaba con 600 internos.

Antón no ha considerado necesario aprovechar el día de la patrona para hacer alguna reivindicación, puesto que “el estado del centro es bueno, tanto en habitabilidad como en conservación”. Siempre se podría contar con más funcionarios y trabajadores, pero también está satisfecho con su número y, sobre todo, con su profesionalidad. Se cuenta con una plantilla “entradita en años pero muy profesional”, algo que no siempre ha visto en sus 20 años de “peregrinaje” por las cárceles españolas, hasta de llegar al centro burgalés hace escasos meses.