Sedano y Manrique cuentan con la “confianza” del Equipo de Gobierno

Ibáñez destaca la profesionalidad del intendente jefe de la Policía Local y la técnico de Protección Civil, responsables del informe municipal

El portavoz asegura que se comprobaron todas las medidas de seguridad, incluidas las relativas a la distancia entre la zona de disparo y el público

Sedano y Manrique cuentan con la “confianza” del Equipo de Gobierno Zona de Disparo A, desde donde se lanzó el fuego que impactó entre el público. PCR

El Ayuntamiento de Burgos y el Equipo de Gobierno “tienen todo la confianza en el máximo responsable de la Policía Local y la técnico de Protección Civil’, quienes cuentan con su respaldo en las medidas, decisiones o actuaciones que llevan a cabo. El portavoz municipal, Ángel Ibáñez, se ha mostrado así de contundente ante las críticas que Fernando Sedano y Angélica Manrique están recibiendo, a cuenta del accidente que se produjo el pasado lunes durante la sesión de fuegos artificiales, y en el que se resultaron heridas 24 personas.

Tras la reunión de la Junta de Gobierno Local, Ibáñez ha insistido en que el Ayuntamiento cuenta con unos “excelentes profesionales”, tanto en el área de Seguridad como en Protección Civil, por lo que confían en las decisiones que estos tomen, las iniciativas que lleven a cabo, los planes que se elaboren o las medidas que se pongan en marcha. Remitiéndose en todo momento al informe firmado por Sedano y Manrique, y que se dio ayer a conocer durante la reunión del Instituto Municipal de Cultura, el portavoz ha insistido en que el espectáculo pirotécnico cumplió con todas las medidas de seguridad.

Mediciones comprobadas

Como responsables de ambas áreas, Fernando Sedano y Angélica Manrique pusieron en marcha el Plan de Seguridad y Emergencias, comprobando que se cumpliese, insiste Ángel Ibáñez. Dentro de esas comprobaciones se encuentran las mediciones para garantizar que se respetaban las distancias de seguridad marcadas por la normativa entre la zona de lanzamiento y el público ubicado en el Puente de San Pablo. “Tenemos toda la tranquilidad de que así se ha hecho. Así se ha hecho en el pasado, se está haciendo ahora y se hará en el futuro”, asegura Ibáñez.

Un policía toma imágenes de los restos. IAC

Un policía toma imágenes de los restos. IAC

Desde el Ayuntamiento han mantenido en todo momento que la distancia de seguridad entre la zona de disparo A, desde la que salió supuestamente el fuego artificial que explotó en medio de los espectadores, y las vallas del Puente de San Pablo era de unos 170 metros, insistiendo en que es de esta manera y no de otra como se debe medir. Los lanzadores están en la zona de disparo A, la más próxima al Puente de Santa María, y marcarían el lugar a partir del que se debe de controlar la distancia de seguridad, sin tener en cuenta el límite de la zona de lanzamiento.

Al mismo tiempo, los responsables de seguridad y Protección Civil han insistido en que la distancia exigida por el Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería es de 96 metros, para los fuegos de un calibre de 150 (máximo en los festejos de Burgos), tras aplicar un coeficiente de 0,8 a los 120 metros recogidos en la normativa. Desde Izquierda Unida les acusaban ayer de mentir, asegurando que el cálculo era equivocado y que , tal y como el propio Plan de Seguridad plantea, la distancia a respetar tendrían que ser los 120 metros.

En manos de la Justicia

Desde el Equipo de Gobierno no entran en polémicas, sino que se remiten constantemente al informe del IMC, al mismo tiempo que recuerdan que el accidente está siendo investigado por la Justicia. Además de la documentación que maneja el Ayuntamiento de Burgos, Policía Judicial y los Tedax han trabajado sobre el terreno y emitirán sus propias conclusiones sobre lo ocurrido. Será entonces, cuando se esclarezca el incidente, cuando el Consistorio se plantee cuáles son las acciones a tener en cuenta de cara al futuro.

De todos modos, en el informe firmado por Sedano y Manrique también se apunta como causa probable del accidente que un fuego artificial explotase en tierra, modificando la trayectoria de tiro del resto. Consideran que la empresa pirotécnica debería haberse dado cuenta de lo que había ocurrido, ordenando parar la sesión, al desconocer las consecuencias que se podrían derivar del hecho. En este caso,  el fuego que causó el accidente se lanzó con un ángulo erróneo, explotó en el aire, desplazando la carcasa con pólvora sobre el público. Fue esta la que volvió a explotar e irió a los presentes.