Ortiz de Valdivielso: “Soy un firme defensor de la sanidad pública”

El gerente insiste en que el HUBU es un hospital público, asegurando que la concesionaria no interfiere en asuntos relacionados con la atención sanitaria

Destaca el buen ritmo de trabajo dos años después del traslado. Las listas de espera están estables y los conciertos son sólo un complemento

Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso apuesta por una ley del aborto que se adapte a la realidad de la sociedad española

Ortiz de Valdivielso: “Soy un firme defensor de la sanidad pública” Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, gerente del HUBU. GIT

Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso insiste, una y otra vez, en que el HUBU es un hospital de gestión pública. La empresa concesionaria (Eficanza) se encarga únicamente de servicios complementarios, en los que la gerencia de implica para que se adapten a las necesidades de la atención sanitaria. Reconoce que se han tenido que hacer ajustes presupuestarios, pero asegura que el hospital cuenta con un buen número de profesionales, de gran nivel, aunque falla en organización. Niega externalización de servicios y pide responsabilidad a la hora de criticar la gestión en Personal. Para el gerente, el HUBU tiene un futuro prometedor, y así se lo ha contado a BurgosConecta.

En este hospital, ¿es necesario plantear una huelga indefinida, poner en jaque a todo el servicio hospitalaria, para que se atiendan las demandas de los profesionales? (Y me estoy refiriendo, por supuesto, al Servicio de Anestesia)

No, creo que no. Intentamos buscar espacios de diálogo con todas las especialidades y siempre se puede, razonablemente, encontrar soluciones a los problemas. Los anestesistas tienen una situación muy particular, generada en los últimos años, en la que ha crecido la actividad en el hospital y las exigencias para con esta especialidad (guardias, consultas y técnicas de dolor, más quirófanos, URPA…). Además, son demandados en diferentes servicios, para resonancias, radiología vacular, endoscopias…, así que había que poner al día el servicio. Había que valorar sus pretensiones y tomar algunas decisiones dentro de las posibilidades del sistema, que hoy por hoy,son pocas.

“El HUBU no está mal de recursos humanos, aunque sí tiene algunos problemas organizativos”

Pero se llegó a la convocatoria de una huelga indefinida. Desde el punto de vista de la ciudadanía, que sabe que los médicos no se ponen en huelga fácilmente, denota un problema grave…

Era una reivindicación de 40 especialistas. El HUBU no está mal en recursos humanos, aunque sí tiene algunos problemas organizativos que afectan, de forma principal, a los anestesistas y que había que afrontar. Hubo un anuncio de huelga, aunque luego no se consumó, y estos profesionales estaban en su derecho de plantear sus reivindicaciones a través de la huelga, como también está en su derecho la administración de no aceptar planteamientos extremos.

¿Podemos decir que esté resuelto el problema, entonces?

Algunos temas se están intentando resolver y espero que encontremos soluciones.

En alguna ocasión se ha explicado que parte del problema de las listas de espera está en la falta de anestesistas para tener operativos todos los quirófanos

Son tiempos de crisis, de ajustes de recursos. Se nos ha asignado una dotación de 40 especialistas, con los que deberíamos tener una capacidad bastante importante de funcionamiento, de entre 18 y 20 quirófanos. 40 es un número de especialistas razonable para el HUBU, puesto que hospitales de nuestro nivel se mueven en poco más o menos la misma cifra. Ahora lo que tenemos que hacer es gestionar bien la jornada y  aprovechar los recursos.

¿Cómo va la reducción de las listas de espera?

La lista de espera es el resultado de un desajuste entre tu capacidad asistencial y tu demanda. La demanda es cada vez más importante (más pruebas, más radiología, más rehabilitación…) y un hospital no es un chicle, no se puede estirar, ni improvisar profesionales. Las listas de espera están estables, tendiendo en alguna especialidad a reducirse ligeramente, pero lo importante es que el hospital tiene una buena dinámica de trabajo. Mantenemos un ritmo un 30% superior al que se tenía antes entre el Divino Valles y el General Yagüe, y eso que se ha absorbido la jornada ordinaria, las peonadas… Los recursos se van ajustando y poco a poco se irán resolviendo los problemas.

Mientras, se opta por los conciertos, las externalizaciones de algunas pruebas… y todo eso supone un coste extra para el sistema público de salud…

“Un hospital no es un chicle, no se puede estirar ni  improvisar profesionales”

No, no es así. Este hospital ha internalizado mucha actividad, porque antes  había contratos por 6, 8 ó 9 millones y ahora lo hemos reducido a lo mínimo y, el que diga lo contrario, está mintiendo. Si antes contratábamos toda la resonancia con una empresa, ahora es sólo el 10 ó el 15%, para evitar demoras excesivas, teniendo en cuenta que las resonancias funcionan mañana y tarde todos los días de la semana y no damos más abasto. La hemodiálisis se hacía antes en un 70% fuera, ahora se hace en el hospital; se hacía mucho concierto externo y mucha peonada, ahora se hace lo mínimo… En el momento en el que tengamos máxima capacidad, o fuera de un contexto de crisis, es posible que en resonancias se trabaje por la noche… El año pasado hicimos un concierto externo para quirúrgico, que alcanzó 600 intervenciones, es decir, un 3% del total de 19.000 realizadas en el HUBU.

Una de las denuncias de los sindicatos es que no se amplía la plantilla, se amortizan plazas, no se cubren bajas…

La situación es complicada y en la sanidad pública ha habido que hacer un esfuerzo importante, con ajustes presupuestarios. Hemos intentado que no disminuyera la calidad, conteniendo las listas de espera y la presión asistencial. Se ha reducido algo de plantilla en jubilaciones, pero también se ha aprovechado mejor la organización y los rendimientos. Aún así es muy complicado contener la gran presión asistencial. En 2012 hicimos 420.000 consultas, pero en 2013 fueron 455.000, y todo es así. También se ha aumentado la jornada a los profesionales y se han reducido las retribuciones, y cuesta transmitir espíritu de colaboración y de responsabilidad,  aunque creo que lo hay mayoritariamente.

¿Ya tiene preparado el plan para el verano: plantilla, cierre de plantas…?

“Se ha reducido algo de plantilla en jubilaciones, pero se ha aprovechado mejor la organización y los rendimientos”

El verano siempre es un periodo complicado porque disminuye la actividad. Las demandas de ingreso medias en esta época suelen estar en 450 personas, hay menos intervenciones y baja la hospitalización. Aprovechamos para dar vacaciones, para reducir las sustituciones (que suponen más de 3 millones de euros al año) y, por tanto, intentamos ajustar las necesidades de personal y cerramos dos plantas de las 19 plantas operativas (Ginecología y Cirugía General y Vascular), unas 70 camas de las 700 que tiene el HUBU. Nos movemos en ese equilibrio siempre complicado de intentar dar buenas soluciones, mantener la calidad asistencial, gestionar bien las vacaciones…

¿En enfermería se va a contar con sustituciones suficientes de acuerdo con lo que pide el colectivo?

Tenemos 932 enfermeras en el complejo, que es un número importante, pero si queremos ser también los que más sustituimos en Castilla y León, es imposible. Pido que haya sentido de responsabilidad y no se hable con tanta ligereza, porque la plantilla de enfermería es muy importante en el HUBU.

Hay muchos ciudadanos que achacan los problemas del HUBU a que se trata de una concesión privada. ¿Limita de alguna manera que haya una empresa que, al fin y al cabo, lo que busca son beneficios?

Vamos a intentar ser absolutamente claros. El hospital es un hospital de gestión de pública, los profesionales somos funcionarios públicos. Aquí sólo hay una dirección del hospital, que es el gerente. Todo lo demás en lo que interviene la concesionaria son servicios de apoyo (seguridad, hostelería, lavandería, mantenimiento) son importantes porque todo lo es en un hospital, pero el ‘core’ de la actividad, que es la asistencia sanitaria, depende de los profesionales y no se resiente para nada. La concesionaria está trabajando de forma bastante razonable y está colaborando con sus fines y objetivos, y el hospital está volcado en su actividad principal que es la atención a los pacientes. Y estamos en un ritmo bastante alto, para los dos años que lleva funcionando.

Pero también hay críticas a los servicios complementarios, como el caso de hostelería, donde se asegura que ha bajado la calidad…

“Aquí sólo hay una dirección de hospital y es el gerente”

No es verdad. Los comienzos en  hostelería fueron un poco dudosos. La empresa tenía unos planteamientos de dietas con los que no estábamos de acuerdo, pero a día de hoy las dietas son bastante buenas. En estos  dos años hemos mejorado esos servicios y la dirección del HUBU ha trabajado mucho para que la empresa que da la comida se haya ido ajustando a nuestros protocolos. Hace unos días, un paciente me dijo que la comida es fantástica, “como en un hotel de cinco estrellas”, y esa es la realidad. Habla mucho la gente que no ha estado en el hospital, pero el que sí ha estado sale agradecido porque es consciente de que ha venido a un gran hospital público, con una magnífica atención.

¿Entiende la manifestación convocada por la Plataforma por la Sanidad Pública de Burgos?

Probablemente no vaya a la manifestación pero soy un firme defensor de la sanidad pública, igual que lo es el consejero. Estoy defendiendo un hospital de gestión pública.

¿Qué opinión le merece la re-estructuración de la Atención Primaria?

Se necesitaba, y el que lo conoce lo sabe, una re-estructuración en la que se ajuste el número de cartillas y la población a atender por cada uno de los médicos. Porque la transformación del ámbito rural ha sido importante en los últimos años: la población está envejecida y, en algunas zonas, es enormemente baja, por tanto ¿cómo no se va a hacer una re-estructuración, ajustada a las necesidades reales de la población y a planteamientos razonables de trabajo de un médico y una enfermera? Se ha dado una buena solución, una cobertura bastante razonable. Es gestionar bien los recursos públicos para hacer el sistema viable y sostenible.

¿Cuál es su opinión sobre el aborto y la nueva legislación?

Aborto: “Se debe hacer una ley que se adapte a la realidad social de nuestro país”

A nivel personal, respeto la legislación que había hasta ahora. Es un tema que se tiene que ir ajustando en función de cómo evoluciona la sociedad. Se debe regular con mucho tiento, participación, consenso y hacer una ley que se adapte a la realidad social de nuestro país, porque no son los mismos tiempos ahora que los que se vivían en los ’80, ’90, 2000 o 2010. Espero que se haga una revisión razonable que dé solución a un problema importante.

¿Cómo conciliamos el derecho de los profesionales a la objeción de conciencia y el de las mujeres a utilizar el sistema público de salud?

El sistema público de salud pone recursos suficientes y resuelve la situación. Sobre el derecho de los especialistas a la objeción de conciencia, poco se puede decir; son profesionales que han hecho el Juramento Hipocrático y mantienen un código deotológico que les impide practicar un aborto, y creo que no se les puede obligar. Pero el sistema público lo tiene resuelto a través de conciertos y centros para atender a las mujeres.

Tras la sentencia sobre los proyectos piloto de las unidades de gestión clínica, ¿qué va a ocurrir?

Es un defecto de forma por lo que se ha caído en los tribunales, así que seguirá adelante. Se requiere de normativa autonómica, que está pendiente, pero según los borradores ya tiene un buen nivel de desarrollo y, bien leída, un nivel de consenso bastante alto. Los profesionales de la sanidad vemos las unidades de gestión clínica como una evolución del modelo para gestionar con más agilidad, asumir más competencias y capacidad de decisión los propios servicios. Bien comunicado se entenderá que es un buen sistema de gestión porque los equipos directivos no alcanzamos a todo. Las decisiones sobre recursos, profesionales, compras, equipos, la actividad se deben gestionar desde el propio servicios.

¿En qué lugar colocaría al Hospital Universitario de Burgos entre sus homólogos?

Tenemos una infraestrucutra de primer nivel, de los mejores hospitales de España, y tenemos también una tecnología del máximo nivel, con magníficos profesionales de todo el rango (especialistas, enfermería, técnicos…). El hospital es innovador en muchas técnicas en Castilla y León y está a la cabeza en determinadas prácticas asistenciales. En términos generales, el HUBU está entre los buenos hospitales de la región y su futuro, si trabajamos más la investigación, la innovación en organización, será prometedor. Hoy la preocupación es adaptarnos a la fuerte demanda tras el bajón asistencial con motivo del traslado, pero estamos en buena línea de trabajo.

“El HUBU está entre los buenos hospitales de Castilla y León y tiene un futuro prometedor”

El hospital, todo lo que es importante, lo opera pronto. Lo que es urgente, lo opera inmediatamente; lo que es preferente, lo opera en 25 ó 30 días; lo que es oncológico, lo opera en 30 días; lo que tiene una prioridad 1, no supera los 30 días; lo que va en prioridad 2, lo estamos trabajando en demora media de 85/90 días; la prioridad 3 son intervenciones que no comprometen la situación normal del paciente, y es ahí donde hay que reducir las listas de espera y evitar que se excedan los 180 días.

¿Qué información tiene sobre la puesta en marcha del microbús por el interior del recinto hospitalario?

Está pendiente de toma de decisiones. La solución que tenemos ahora es bastante razonable. Se hizo presión y se consiguió que el autobús municipal dejara a los viajeros en la entrada del recinto, salvando distancia y el cruce de una carretera con mucho tráfico. A partir de ahí, hay diferentes opciones y hay que plantear soluciones que mejoren la accesibilidad. Aunque no es un problema de este gerente, pero siempre lo hemos pedido. El hospital está construido conforme a un proyecto y tiene unos accesos, pero eso no lo puede cambiar el gerente. Hoy lo único que se puede hacer son medidas que palíen el problema, dentro de lo razonable.

La parte positiva, después de tanta crítica, son los proyectos de cooperación liderados por profesionales del HUBU y apoyados por la Gerencia

El espíritu solidario lo tenemos que trabajar siempre que sea posible. Algunos profesionales del hospital colaboran con ONG’s de países del Tercer Mundo, y nosotros les ayudamos para que dispongan de días para viajar con ellas, asumiendo el propio servicio su parte del trabajo. También han traído a Burgos algunas intervenciones, dentro de programas de ayuda humanitaria, con las que el HUBU y los profesionales colaboramos altruistamente. Y luego está el traslado de equipos del antiguo General Yagüe a hospitales de África. Ese ha sido nuestro papel solidario, ojalá hubiera podido ser más pero tampoco está mal.